En un puesto aduanero de Bihar, los agentes registran cada vehículo en busca de alcohol, vedado desde hace año y medio en este estado indio donde decenas de miles de personas han acabado en la cárcel por violar la prohibición.
Y es que desde mediados de 2016, el consumo o posesión de alcohol está prohibido en Bihar, un estado subdesarrollado de 100 millones de habitantes que linda con Nepal.
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"Hemos pillado a gente que da distintas razones para introducir clandestinamente alcohol, unos para bodas familiares, otros para festivales o ventas ilegales", explica a la AFP el aduanero Prem Prakash, en el puesto fronterizo con el estado de Jharkhand.
Desde su aplicación, unas 71.000 personas han sido encarceladas por haber infringido la ley y algunas de ellas condenadas a hasta cinco años de cárcel.
Alrededor de un millón de litros de bebidas alcohólicas se han incautado en el estado, pero la mayor parte de ellos se han volatilizado. La explicación de las autoridades locales ha causado estupor: las ratas se han bebido -dicen- el contenido de las botellas confiscadas.
La prohibición del alcohol es una medida de efectos electoralistas y muy en boga en el país, dirigido por el nacionalista hindú Narendra Modi. Está contemplada desde hace tiempo en la Constitución india pero en una sección de recomendaciones generales no vinculantes.
Diputados de Madhya Pradesh, de Jharkhand, de Rajastáb y de Tamil Nadu han pedido o prometido una reglamentación similar, pero sin un calendario.
Sólo el Gujarat (oeste), tierra de Gandhi y Modi, y el pequeño Nagaland (nordeste) aplican una prohibición total. La región turística de Kerala (sur) está desmantelando la suya por motivos económicos.
Mercado negro
Para Hartosh Singh Bal, redactor jefe de la publicación Caravan, la prohibición constituye ante todo "una solución temporal política a un problema complicado".
"El alcoholismo es un gran problema en muchos hogares indios pobres, por eso la prohibición cuenta con el visto bueno de una base popular, sobre todo entre las mujeres", explica.
Las autoridades la justifican en nombre del bienestar. "Es para los pobres. Ni se imagina usted lo feliz que los hace", declaró el jefe del gobierno regional de Bihar Nitish Kumar, en un discurso el año pasado.
Jhagru Mahto, un taxista de Patna, la capital de Bihar, asegura que esta ley le ha cambiado la vida.
"Yo era un alcohólico pero desde la prohibición dejé de serlo por miedo a que me detuvieran y encarcelaran. Mi mujer está muy contenta y se deshace en elogios al gobierno", declara a la AFP.
Pero, según la prensa local, desde la prohibición se ha desarrollado un mercado negro de alcohol. Y es posible, al menos en Patna, procurárselo a un precio tres o cuatro veces superior al de antes.
Las voces más críticas temen que en ausencia de alcohol legal los bebedores compren licores caseros y adulterados, que causan cada año decenas de muertos en India.
En cuanto a la repercusión en las finanzas, Bihar deja de embolsar, en concepto de impuestos, 800 millones de dólares anuales.
"La pérdida de ingresos no es nada en comparación con los beneficios sanitarios y sociales", considera Aditya Kumar Das, responsable de la policía fiscal de Bihar.
"Las mujeres, en particular en los círculos pobres, disponen de más medios -asegura- porque los hombres ahora se gastan su dinero en provisiones y no en alcohol".