Mogadiscio, 16 oct (EFE).- Los equipos de emergencia, ayudados por más de 500 soldados del Ejército somalí, continúan hoy las tareas de rescate para tratar de encontrar supervivientes entre los escombros de los edificios destrozados por los atentados del sábado en Mogadiscio, cuyo último balance de muertos asciende ya a 315.
Las familias se agolpan en las zonas cercanas a las explosiones y en los hospitales con la esperanza de encontrar entre los más de 400 heridos a seres queridos desaparecidos tras el atentado, o al menos poder identificar sus cadáveres, tarea harto difícil debido a que muchos de los fallecidos murieron calcinados por la deflagración.
"Casi todas las víctimas heridas tienen serias heridas, el horror es indescriptible", narra una enfermera del Hospital Medina en la emisora Shabelle.
Hasta ahora, se han conseguido extraer 25 cuerpos sin vida de entre los cascotes, y se espera que el número de víctimas continúe creciendo a medida que se rescaten más cadáveres.
El ministro de Información, Abdirahman Osman Yariisow, confirmó este dato e informó de que la habilitación del Centro Nacional de Respuesta a Emergencias para que la gente pudiera donar sangre a los desbordados hospitales está siendo un éxito.
Entre los que acudieron hoy a donar destaca Muktar Robow, el desertado cofundador y exportavoz de la organización terrorista Al Shabab, a la que Gobierno, medios y expertos acusan de estar detrás del ataque pese a que aún nadie ha reclamado su autoría.
Robow, también conocido como Abu Mansur, condenó el atentado y pidió a los somalíes que resistan en la lucha contra los yihadistas: "Si resistís, no llevará más que meses eliminarlos, y las bajas no serán tan altas" como las causadas por estas explosiones de dos camiones bomba ante un hotel y un concurrido mercado de Mogadiscio.
El antiguo miembro de la cúpula de Al Shabab, que prometió colaborar con el Gobierno en la lucha antiterrorista tras formalizar su deserción en agosto pasado, indicó que está "preparado" para liderar las ofensivas contra la organización: "Los conozco mejor que vosotros".
Tras las condenas generalizadas de la comunidad internacional, países como Kenia, Yibuti, Etiopía o Turquía han atendido el ruego del Gobierno somalí de ayuda médica para atender a los heridos del que ya es el mayor atentado terrorista ocurrido en Somalia hasta la fecha.
Turquía, viejo socio de este país del este de África, envió aviones médicos para trasladar a 30 de los heridos más graves a hospitales de Ankara y Estambul, así como un centenar de médicos que puedan ayudar a los doctores locales en los hospitales de Mogadiscio.
Asimismo, el Ejecutivo liderado por Recep Tayyip Erdogan pidió a los turcos que apoyen a los somalíes en estos momentos, y anunció que enviará más aviones a la nación africana con suministros médicos.
Continúan tareas de rescate en #Mogadiscio por atentado que dejó 315 muertos pic.twitter.com/kkIScl2wOW
— TN8 Nicaragua (@canaltn8) October 16, 2017
El primer ministro somalí, Hassan Ali Khaire, confirmó que en las próximas horas más heridos graves serán trasladados al extanjero para recibir tratamiento de urgencia.
La primera explosión se produjo junto al hotel Safari, situado en la conocida como intersección K5, una de las zonas más populares de la capital y sede de oficinas gubernamentales, hoteles y restaurantes.
El segundo ataque, con idéntico "modus operandi", se llevó al cabo al lado de un concurrido mercado situado junto a la antigua sede de la aerolínea nacional Somalia Airlines en el distrito de Wadajir.
Las imágenes que circulan por las redes sociales muestran un panorama devastador: los edificios cercanos han quedado totalmente derruidos.
Según analistas locales, los problemas internos del Gobierno y sus distanciamiento con la cúpula del Ejército han permitido a Al Shabab recuperar su capacidad de atentar a gran escala.
Tras la dimisión del ministro de Defensa y del jefe de las fuerzas armadas el pasado jueves, la emisora Radio Garowe asegura que el director de los servicios de inteligencia somalíes, Abdullahi Mohamed Ali, conocido como Sanbalolshe, será destituido en los próximos días tras perder la confianza del Ejecutivo.
La organización terrorista, que se afilió en 2012 a la red internacional de Al Qaeda, controla parte del territorio en el centro y el sur del país y aspira a instaurar un Estado islámico de corte wahabí en Somalia.