Colombo, 27 sep (EFE).- Extremistas budistas protestaron hoy por segundo día consecutivo contra la presencia de rohinyás refugiados en Sri Lanka, pese al rechazo del Gobierno y las advertencias de las autoridades de que, si atacan a algún miembro de esa comunidad musulmana, serán arrestados.
Un grupo de algo más de un centenar de personas liderado por monjes budistas de Sinhale Jathika Balamuluwa, una organización extremista nacionalista, protestó frente a la sede en Colombo del Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR).
Los manifestantes rechazaron que a los rohinyás se les dé acceso a escuelas y otras instalaciones y exigieron que el Gobierno aclare si los niños de este grupo nacidos en el país tendrán nacionalidad ceilanesa y que se explique quién será responsable si cometen algún delito, según dijeron en el acto.
La protesta se produjo un día después de que ese mismo grupo se manifestara de manera violenta frente a un hogar de acogida de 31 rohinyás, 16 de ellos niños, a los que la Policía tuvo que evacuar para evitar que fueran agredidos y que hoy se encuentran en un centro de inmigrantes para garantizar su protección.
"Si alguien ha atacado un hogar de un refugiado debería ser arrestado inmediatamente, independientemente de que sean monjes, y todos los que estuvieran con ellos deberían también hacer frente a la justicia", dijo hoy el portavoz del Gobierno ceilanés, Rajitha Senaratne.
El Ejecutivo emitió este miércoles un comunicado en el que explicó que ayer, cuando la manifestación se volvió violenta con manifestantes tirando piedras al edificio y tratando de entrar por la fuerza, la Policía decidió poner a los refugiados bajo custodia.
ACNUR expresó hoy preocupación por esa situación y recordó que, entre los refugiados, hay niños y mujeres.
Estos 31 rohinyás llegaron a Sri Lanka en abril tras ser rescatados por la Armada de este país en el mar, fueron puestos bajo la protección de ACNUR y se les dio una vivienda en Monte Lavinia, un suburbio de Colombo.
Senaratne se preguntó por qué protestan ahora los extremistas, ya que esta no es la primera vez que Sri Lanka acoge rohinyás.
"Los monjes se han activado ahora, pero los refugiados rohinyás llegaron por primera vez a Sri Lanka en 2008. Cincuenta y cinco llegaron y se quedaron en 2012; en 2013, otros 101 solicitantes de asilo llegaron y se fueron en 2015, antes de que nosotros llegáramos al poder. ¿Dónde estaban los monjes entonces?", se preguntó el ministro.
Tras criticar a los monjes por no seguir las enseñanzas del budismo, recordó que hay dos millones de ceilaneses refugiados en diferentes partes del mundo y que huyeron del país durante la guerra (1983-2009).
Senaratne insistió en que los rohinyás estarán en Sri Lanka hasta que ACNUR pueda ubicarlos en un país de acogida permanente.
Los rohinyás, una minoría que vive en el oeste de Birmania (Myanmar), es una comunidad musulmana paria a la que las autoridades birmanas no reconoce como ciudadanos, ya que los considera bangladeshíes.
Bangladesh, por su parte, los considera ciudadanos birmanos y, pese a recibir desde hace años a miles de rohinyás en diferentes oleadas de refugiados, ha concedido ese estatus a poco más de 30.000 de ellos.
La última ola de refugiados comenzó el pasado 25 de agosto, a raíz de una operación militar en el estado de Rakhine (oeste de Birmania) tras un ataque insurgente de un grupo rohinyá, y ha llevado a casi medio millón de miembros de esta comunidad a Bangladesh.