YANGÓN, Myanmar (AP) — Al menos 163 personas murieron y otras 91 desaparecieron en ataques perpetrados en el último año por insurgentes de la minoría musulmana rohingya en el volátil estado de Rakhine, según funcionarios de Myanmar.
El dato se hizo público el martes tras el descubrimiento de al menos 45 hindúes asesinados en tres fosas comunes. El gobierno birmano culpa de los decesos a los insurgentes musulmanes.
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Entre octubre de 2016 y agosto de 2017, al menos 79 personas murieron en ataques y 37 desaparecieron, incluyendo autoridades locales, funcionarios y fuerzas de seguridad, dijo el Comité de Información gubernamental en un comunicado publicado en su página de Facebook. Otras 84 personas perdieron la vida y 54 más están ilocalizadas desde el 25 de agosto, cuando el Ejército de Salvación Rohingya de Arakan (ARSA) atacó al menos 30 puestos de la policía.
El gobierno había dicho antes que casi 400 supuestos insurgentes murieron desde el 25 de agosto.
En contexto
La oficina de la ONU en Bangladesh situó hoy en 480.000 los miembros de la minoría musulmana rohinyá llegados al país tras huir de la ola de violencia de Birmania (Myanmar) en el último mes, casi 50.000 más que los registrados hace dos días.
El Grupo de Coordinación Intersectorial de la ONU indicó en el informe de hoy que el incremento en la cifra se debe a la suma de 35.000 personas que no habían sido incluidas en el cómputo del anterior reporte y a nuevas llegadas en las últimas horas.
Pese al descenso de las llegadas registrado entre el 21 y el 24 de septiembre, "se observó de nuevo que muchos centenares de personas cruzaron" entre el 25 y el 26 de septiembre, añadió.
Los refugiados que se alojan en asentamientos "espontáneos" se sitúan en 201.000 (1.000 más que el domingo), mientras que unos 190.000 están en campamentos preexistentes (42.000 más) y otros 89.000 rohinyás (1.000 más) se encuentran en comunidades de acogida.