COX'S BAZAR, Bangladesh (AP) — Un hospital próximo a la frontera suroeste de Bangladesh está al máximo de su capacidad por la llegada de refugiados rohingya con heridas de bala y huesos rotos. Los miembros de la minoría musulmana huyen de la violencia en el oeste de Myanmar.
Los doctores pudieron atender y dar el alta el lunes a tres hombres y un adolescente, que no tenía dónde ir y terminó escondido detrás del hospital de Cox’s Bazar. Llevaban pocas pertenencias además de algunas sábanas y bolsas de plástico con sus documentos personales.
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Llegaron al centro acompañados de otras 27 personas, todas ellas “angustiadas y asustadas” y contando historias sobre como los soldados dispararon indiscriminadamente en sus aldeas del oeste de Myanmar el 26 y el 27 de agosto, según el médico residente Shaheen Abdur Rahman Choudhury.
El centro médico, que ya está “muy sobrecargado”, espera recibir más refugiados heridos en los próximos días. “Lo que estamos viendo aquí es la punta del iceberg”, señaló Choudhury.
Mientras, musulmanes rohingya siguen cruzando a través de la pantanosa frontera y llenaron ya los tres campos de refugiados existentes, según la agencia de Naciones Unidas para los refugiados.
Según sus cálculos, unos 73.000 nuevos refugiados entraron a Bangladesh desde que el pasado 25 de agosto estalló la violencia en el estado de Rakhine, en el oeste del país, explicó Vivian Tan, portavoz de ACNUR, el lunes.
Muchas de sus necesidades, incluyendo comida y alojamiento, están siendo cubiertas por otros rohingya que huyeron hace años de la persecución en Myanmar. Tan señaló que la valoración final de la agencia sobre la crisis se realizará cuando los efectivos de ACNUR sobre el terreno lleguen a zonas fronterizas.
"Hemos escuchado reportes de personas acordonadas en la zona. Hemos oído también que en algunas zonas de la frontera los controles se han relajado”, declaró Tan.