MUMBAI, India (AP) — Las lluvias torrenciales del monzón paralizaron el miércoles por segundo día consecutivo la capital financiera de India, Mumbai, donde las calles se convirtieron en ríos y la gente se movía con el agua hasta la cadera.
La ciudad recibió el martes 12,7 centímetros (5 pulgadas) de agua y su infraestructura, ya deficiente en circunstancias normales, colapsó. El transporte público se detuvo y miles de personas se quedaron varadas en sus oficinas durante la noche.
Los trenes de cercanías dejaron de funcionar, los autobuses quedaron medio sumergidos en agua e incluso el aeropuerto tuvo que desviar vuelos a otras ciudades. Para el miércoles por la mañana, la mayoría de los trenes funcionaba pero el tráfico seguía siendo un caos.
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Se esperaban más lluvias para el miércoles, según el Departamento Meteorológico, y el gobierno local pidió a escuelas y universidades que cerraran por un día.
La ciudad tiene problemas todos los años para lidiar con el aluvión del monzón, provocando críticas por su pobre planificación.
También se emitieron alertas por aguaceros en otras zonas del estado de Maharahtra, del que Mumbai es la capital.
La temporada del monzón en India dura de junio a septiembre.
En contexto
Ruanda: 7 muertos por ataques de cocodrilos al buscar agua por sequía
Al menos siete personas han muerto este mes en Ruanda por ataques de cocodrilos en las orillas del río Nyabarongo, donde se desplazaron en busca de agua a causa de la escasez que afecta a diferentes zonas de país, informó hoy el Gobierno.
Este río, principal fuente de agua para los ruandeses durante las épocas de sequía, fluye por distritos de la capital, Kigali, como Karongi y Nyarugenge, donde vivían la mayoría de las víctimas.
A raíz de estos sucesos, las autoridades locales aprobaron una directriz que prohíbe el uso del Nyabarongo, con el objetivo de reducir el número de muertes.
Sin embargo, se teme que la cifra aumente a medida que se prolongue la sequía.
La gobernadora de la provincia del Sur, Marie Rose Mureshyankwano, de donde procedían algunos de los fallecidos, lamentó la "gran pérdida" de vidas humanas causada por los cocodrilos y aseguró que el Gobierno ha dedicado "enormes esfuerzos y recursos" para mejorar el acceso al agua potable limpia.
Algunas partes de Ruanda, especialmente en el este, son proclives a sufrir sequías.
En 2016 más de 100.000 familias padecieron hambruna debido a la falta de agua, que se tradujo en una pobre cosecha y en la muerte de numerosas cabezas de ganado.