Atenas, 9 ago (EFE).- Arqueólogos griegos han hallado los restos de un barco ibérico del siglo I o II después de Cristo en aguas del archipiélago de Furni, en el Mar Egeo, que iba cargado de ánforas, un tesoro sin parangón por la cantidad de vasijas descubiertas.
"Se trata de ánforas del tipo Dressel 38 y Beltran IIA, fabricadas en los alrededores de Cádiz, y es la primera vez que se halla en el Egeo un cargamento de este tipo", explica a Efe el arqueólogo responsable de la investigación, Yorgos Kutsuflakis.
El cargamento se halló en un zona marítima de alta actividad comercial durante los primeros siglos después de Cristo.
"En los tiempos romanos el Mediterráneo se había transformado en un inmenso mercado único gracias a la seguridad que ofrecía la Pax Romana a las rutas marítimas", explica el arqueólogo para añadir que esto explica la presencia de productos de España y de Túnez en esa zona del Egeo.
"La gran cantidad de ánforas halladas durante toda la operación indica que el principal cargamento de los naufragios eran líquidos, como aceite y vino", dice Kutsuflakis y añade que han sido hallados también cargamentos de salsas para pescado y de pescado salado.
La investigación arqueológica submarina en Furni comenzó en 2015 con la contribución de RPM Nautical Foundation, un organismo no lucrativo que se dedica al apoyo de la arqueología marítima.
El motivo para lanzar una investigación arqueológica submarina en este lugar fue un estudio previo que había hecho este arqueólogo sobre una colección de ánforas que se exponen en el museo arqueológico de Icaria hallada allí por pescadores.
El arqueólogo destaca que para la realización del proyecto "el apoyo incondicional de la población local" fue un factor determinante y añade que los pescadores dieron a los arqueólogos información crucial para la localización de los naufragios.
Las ánforas que se exponen en el museo arqueológico de Icaria indicaban, según Kutsuflakis, que el estrecho entre esta isla y la de Samos, donde está el archipiélago de Furni, formaba parte de una ruta marítima del pasado y que allí podía haberse producido un número considerable de naufragios.
La operación arqueológica ha conseguido localizar y estudiar hasta ahora 53 naufragios, la mayoría de los cuales se sitúan a una profundidad de entre 60 y 120 metros, por lo que es necesario el uso de un submarino operado por control remoto.
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Además del barco que transportaba las ánforas fabricadas en la actual Cádiz (la entonces Gades romana) este año han sido descubiertos otros siete naufragios.
De las embarcaciones hallada se extraen solo los objetos más indicativos del cargamento, para un estudio más detallado.
Los hallazgos prueban que por el estrecho entre Icaria y Samos pasaba una ruta marítima que "unía el Mar Negro con las islas de Rodas y Chipre" y que "era muy frecuentada desde el inicio de los tiempos romanos hasta el siglo VII", destaca Kutsuflkakis.
"La fundación de Constantinopla, a comienzos del siglo IV, por el emperador romano Constantino I el Grande, intensificó el comercio en esta ruta", precisa el arqueólogo.
A partir de la llegada de los árabes a la costa del Mediterráneo en el siglo VII, y del consiguiente comienzo de la actividad de corsarios en esa zona, la ruta declina y tan solo operan allí pequeñas embarcaciones locales.
El coste de cada operación de investigación, que dura entre veinte y treinta días, oscila entre 40.000 y 50.000 euros.
El arqueólogo precisa que esta cifra no incluye el coste diario de 8.000 euros del barco de investigación, pues la RPM Nautical Foundation lo pone a disposición de forma gratuita.
Kutsuflakis espera que, algún día, en el archipiélago de Furni sean posibles visitas guiadas de buceadores a los naufragios.
"Desgraciadamente, en tiempos de crisis es difícil disponer de los fondos para organizar este tipo de actividades", dice.
Además de Furni, hay un gran número de restos de naufragios de la antigüedad potencialmente accesibles a los buceadores en otros lugares del mar Egeo, como en el golfo sur de Eubea, en el estrecho entre Lavrion y Macrónisos, cerca del cabo de Sunion, o en Alonnisos, en las Espóradas del norte.