Los líderes de la iglesia católica australiana salieron este viernes en defensa del cardenal George Pell, responsable de finanzas del Vaticano, que el jueves fue imputado por presuntos abusos sexuales cometidos hace años en su país y pidió una excedencia para poder defenderse.
"El George Pell que yo conozco es un hombre íntegro en sus relaciones con los demás, un hombre de fe y de grandes ideales, un hombre meticulosamente decente", dijo el arzobispo de Sídney, Anthony Fisher, en un comunicado.
Fisher aclaró que la archidiócesis no se hará cargo de los costes de la defensa del cardenal, aunque sí le ayudará a encontrar un lugar donde vivir.
Pell, de 76 años, debe comparecer ante un tribunal de Melbourne el próximo 26 de julio, una semana más tarde que la fecha inicialmente prevista del 18 de julio.
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El jueves la policía australiana le acusó de delitos de abuso sexual, una inculpación consecuencia de una larga investigación ordenada por el gobierno en 2012 sobre supuestos abusos sexuales a menores.
La policía australiana no dio sin embargo detalles sobre las acusaciones, explicando la necesidad de preservar la integridad del proceso judicial.
El actual arzobispo de Melbourne, Denis Hart, un cargo que también ocupó Pell, pidió por su parte un "juicio justo".
"El arzobispo es consciente de las buenas obras del cardenal, reconocidas nacional e internacionalmente", indicó un comunicado, destacando la lucha de Pell contra los abusos sexuales dentro de la iglesia en su tiempo como arzobispo de Melbourne, en 1996.
El arzobispo de Hobart, Julian Porteous, dijo estar "conmocionado y decepcionado" por las acusaciones contra Pell y aseguró que "no tenían sustancia", en declaraciones al periódico Hobart's Mercury .
También el ex primer ministro australiano, Tony Abbott, salió en defensa del cardenal y dijo que era "un muy buen hombre".
George Pell fue arzobispo de Melbourne entre 1996 y 2001 y luego se convirtió en arzobispo de Sídney hasta 2014. Fue entonces cuando se fue al Vaticano, llamado por el papa Francisco para ocuparse de reformar las finanzas de la iglesia católica.