Talibanes y yihadistas del Estado Islámico entregan armas en Afganistán

Kabul, 22 jun (EFE).- Casi una veintena de insurgentes talibanes y yihadistas del Estado Islámico (EI) entregaron hoy sus armas en un acto en la provincia de Nangarhar, en el este de Afganistán, lo que eleva a unos 850 el número de talibanes que se han sumado al proceso de paz en los últimos años en la conflictiva región.

"Los quince talibanes y tres combatientes del EI renunciaron hoy a su lucha armada y se unieron al proceso de paz", indicó a Efe el portavoz del gobernador provincial, Attaullah Khogyanai, quien dijo que todos prometieron no "regresar al frente de guerra".

Durante la ceremonia, los insurgentes, la mayoría de ellos con la cara tapada con pañuelos, entregaron a las autoridades un arsenal de fusiles de asalto AK-47, lanzamisiles y otras armas para posteriormente abrazar a los oficiales a los que hasta ahora trataban de matar.

Según Khogyanai, el comando talibán estaba activo en tres distritos del sur de Nangarhar, donde llevaba a cabo "actividades destructivas" y ataques armados contra la fuerzas de seguridad afganas.

Se unieron al proceso de paz, agregó, gracias a los esfuerzos de la principal agencia de inteligencia del país, el Directorio Nacional de Seguridad, como ya hicieron en los últimos años más de 800 miembros de sus filas, según el portavoz.

Las autoridades afganas anuncian de tanto en tanto la adhesión de pequeños grupos y comandos insurgentes al proceso de paz, a pesar de que en la actualidad no hay en marcha negociaciones oficiales entre el Gobierno y la cúpula de estas formaciones.

A principios de mes, el Ejecutivo lanzó el Proceso de Kabul, una iniciativa de paz con participación de más de una veintena de países y organismos internacionales para tratar de establecer una negociación con los talibanes, que ya han rechazado de plano la propuesta.

Desde el fin de la misión de combate de la OTAN en enero de 2015, la formación ha ganado terreno en diversas partes de Afganistán y en la actualidad controla, tiene influencia o se disputa con el Gobierno al menos el 43 % del territorio, según datos de Washington.