Bangui, 21 jun (EFE).- Más de 100 personas han muerto en las últimas 24 horas en combates entre milicias en la localidad de Bria, en el este de la República Centroafricana, pese al reciente alto el fuego acordado por el Gobierno y diferentes grupos político-militares, informaron hoy a Efe fuentes humanitarias.
Los enfrentamientos se iniciaron ayer por la mañana entre exrebeldes Séléka -de mayoría musulmana- y las milicias anti-Balaka -con predominio de cristianos y animistas- y, desde entonces, la localidad ha entrado en un estado de caos.
Un párroco de Bria, Gildas Gbenou, mostró su preocupación ante la gravedad de la situación que se vive en el municipio, donde muchas casas están en llamas y se están produciendo escenas de saqueo.
"La situación sigue siendo confusa en la localidad, que ha quedado vacía. Muchas personas han sido asesinadas y otras han huido", explicó a Efe Gbenou.
Aunque ayer se informó de que una docena de personas habían muerto en Bria, en las últimas horas los enfrentamientos se han intensificado y la cifra de muertos ya supera el centenar, según informaron a Efe fuentes humanitarias en la zona.
El portavoz del Frente Popular para la Recuperación de Centroafricana (FPRC), Abakar Sidi, también afirmó que 105 personas, la mayoría de la milicia anti-Balaka, han muerto en las últimas horas.
Un equipo de Médicos Sin Fronteras se encuentra desplegado en la zona, donde ya ha atendido a decenas de heridos, la mayoría de bala.
Ante esta situación, el jefe de la misión de Naciones Unidas en el país, el gabonés Parfait Onanga-Anyanga, llamó a todas las partes al cese inmediato de la violencia.
"Es vital que el alto el fuego acordado por las partes entre en vigor de inmediato para liberar a las personas y muchas partes del país que todavía sufren la violencia armada", recordó.
El pasado lunes, el Gobierno firmó con grupos político-militares un acuerdo para "la inmediata aceptación de un alto el fuego en todo el territorio nacional bajo el control de la comunidad internacional".
El Gobierno firmó este pacto con las milicias cristianas de Coordinación anti-Balaka y la coalición rebelde Seleka, apoyada por milicias musulmanas, así como la Unión de Fuerzas Republicanas de Florian (UFR-F), la Unión para la Paz en Centroáfrica (UPC), la Revolución Justicia (RJ SAYO) o el Movimiento Político por Centroáfrica (MPC), entre otros grupos.
Los continuos enfrentamientos y los ataques de estos grupos armados -que han tenido como objetivo también a tropas de la ONU- han llevado a la misión de la ONU en el país (MINUSCA) a reforzar sus posiciones en las zonas afectadas.
En un reciente informe, la ONU identificó 620 casos de graves violaciones de derechos entre 2003 y finales de 2015 en el país que pueden constituir crímenes de guerra y contra la humanidad y fueron cometidos sobre todo por las fuerzas de seguridad y de defensa, por los Séléka y anti-Balaka.
La República Centroafricana vive un complicado proceso de transición desde que, en 2013, los exrebeldes Séléka derrocaran al presidente François Bozizé, desatando una ola de violencia sectaria entre musulmanes y cristianos que causó miles de muertos y ha obligado a cerca de un millón de personas a abandonar sus hogares.
La elección de Faustin Archange Touadéra como nuevo presidente en febrero de 2016 debía abrir una nueva etapa para el país, que sin embargo todavía tiene muchos problemas para controlar a los grupos rebeldes en zonas alejadas de la capital.