Kabul, 20 jun (EFE).- El Gobierno afgano informó hoy de que una persona murió y otras seis resultaron heridas durante el desalojo policial de un grupo que acampaba desde hace casi tres semanas en protesta contra el Ejecutivo, en una acción en la que los manifestantes aseguran que murieron dos personas.
El jefe del Gobierno afgano, Abdulá Abdulá, afirmó hoy en un discurso televisado que en el desalojo anoche de los manifestantes murió un "compatriota y otros seis resultaron heridos" en un suceso que se halla aún bajo investigación.
"Este incidente nos ha impactado", sentenció Abdulá, que pidió a las fuerzas de seguridad que "ejerciten la paciencia" y que actúen siempre bajo los parámetros que estipula la ley.
El jefe del Ejecutivo agregó que está en juego la confianza del pueblo en el Gobierno y dijo que la gente debe conocer "la verdad".
Los manifestantes, que llevaban acampados desde el 2 de junio en las proximidades del Palacio Presidencial, reclamaban la renuncia del presidente afgano, Ashraf Gani, y del propio Abdulá, tras un atentado el pasado 31 de mayo en el que murieron 150 personas.
Uno de los organizadores de la protesta, Haroon Mutaref, indicó a Efe que hay dos muertos y 27 heridos como consecuencia del desalojo, que comenzó poco antes de la medianoche.
Según Mutaref, las fuerzas de seguridad dispararon al aire y se enfrentaron a los manifestantes "con violencia" cuando éstos se negaron a desalojar el lugar, lo que llevó a la detención además de once personas.
"En estos momentos el área está bajo control de las fuerzas de seguridad y los manifestantes se han dispersado", anotó Mutaref, del movimiento "Revuelta por el cambio".
Dos días después, el mismo día del inicio de la acampada, se produjo una manifestación que se tornó violenta cuando algunos de los participantes trataron de romper el cordón policial y los agentes respondieron con disparos al aire y cañones de agua.
Los choques se saldaron con cinco muertos, entre ellos el hijo de un senador cuyo funeral fue saboteado un día más tarde, cuando tres atacantes suicidas se inmolaron entre el público matando a seis personas e hiriendo a otras 87.