Ginebra, 16 jun (EFE).- Unos 100.000 civiles iraquíes están atrapados en el casco antiguo de Mosul y son utilizados por los milicianos yihadistas del Estado Islámico (EI) como escudos humanos, denunció hoy la Agencia de Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR).
Según explicó en rueda de prensa el delegado del ACNUR en Irak, Bruno Geddo, esta cifra es "una estimación" hecha por el gobierno y las agencias humanitarias, porque "poco se sabe" de estas personas, más allá de que viven "en una insostenible situación de pánico y de miseria".
"No sabemos exactamente cómo están, precisamente porque están atrapados y no podemos contactarlos. Lo que sabemos es a través de los pocos testimonios con los que contamos. Por ejemplo, yo logré hablar con una familia que huyó flotando corriente abajo del río y me contó que sobrevivieron durante semanas comiendo harina mezclada con agua porque no tienen combustible para cocinar".
Agregó que otro hombre que también escapó explicó que bebió agua de un desagüe durante dos semanas porque no había ninguna potable disponible.
"Imaginen familias enteras atrapadas en su casa, con milicianos en la terraza disparando y atrayendo la respuesta del Ejército", agregó.
El líder del Estado Islámico habría fallecido tras un ataque aéreo ruso en Raqa
Geddo confirmó que los yihadistas siguen disparando a todo aquel que quiere escapar, es por ello que los civiles sólo huyen cuando las Fuerzas Armadas están cerca y pueden cubrir su salida de los francotiradores del EI.
Según los cálculos del gobierno iraquí obtenidos por Geddo, desde que comenzó la ofensiva para liberar Mosul hace 9 meses, unas 862.000 personas huyeron de sus casas, de las que 667.000 son desplazados internos y 635.000 de ellos vivían en el oeste de la ciudad.
Otras 195.000 personas que huyeron de la ciudad durante la ofensiva militar que comenzó el pasado 17 de octubre para recuperar la urbe -la segunda del país-, han vuelto a sus hogares, aunque su situación "es muy precaria".
Geddo dijo que muchos de los retornados sufren "castigos colectivos" a causa de que algunos miembros de su familia que estuvieron o están vinculados con los yihadistas.
"Algunos son expulsados de sus casas, otros expulsados del barrio, se les confiscan las propiedades. No puedes castigar a una familia entera por la acción de un miembro, aunque éste, en la mayoría de los casos, haya sido expulsado del seno de la familia".
Geddo pidió a las autoridades que hagan todo lo posible para que se aplique la ley y no las normas tribales, por muy arraigadas que estén en la sociedad.
"Es la única manera de que el país se reconcilie", subrayó.
Respecto a los retornos al este de la ciudad indicó que han sido "relativamente" fáciles porque la urbe estaba en "relativo" buen estado, pero advirtió que no ocurrirá lo mismo en el oeste, debido a que la destrucción es mucho mayor.