Beirut, 7 jun (EFE).- El padre del pequeño Omrán, el menor sirio cuya imagen sentado en una ambulancia tras un bombardeo en Alepo dio la vuelta al mundo el verano pasado, denunció hoy la manipulación mediática que han sufrido, en declaraciones a medios oficiales sirios.
La agencia de noticias estatal SANA difundió hoy una fotografía del niño sentado en el regazo de su padre en su casa en la ciudad siria (norte).
El padre de Omrán denunció en declaraciones a SANA "las mentiras" difundidas por la Defensa Civil Siria, también conocida como Cascos Blancos, sobre el rescate del menor.
Según el relato del padre publicado en la agencia, un grupo terrorista le arrebató a su hijo después de que fuera herido en el barrio de Karm al Qataryi y difundió fotografías del pequeño para que fueran divulgadas por medios de comunicación "hostiles".
"Estaba con mi familia en Karm Al Qataryi cuando nuestra casa fue dañada por una explosión de origen desconocido y, aunque resulté herido saqué a mi hijo Omrán, que resultó ileso, y salí ante el temor de una nueva explosión", dijo el progenitor.
El padre aseguró que varios "terroristas" le quitaron a Omrán y lo llevaron al interior de una ambulancia, donde le hicieron fotos que luego publicaron con fines propagandísticos.
"Los terroristas me pidieron que los acompañara fuera de la ciudad para grabar un falso testimonio sobre lo que le ocurrió a mi hijo a cambio de grandes sumas de dinero, pero lo rechacé y permanecí en Alepo, no respondí a sus demandas pese a la enorme presión y amenazas", agregó.
La imagen de Omrán, completamente cubierto de polvo y con media cara manchada de sangre, sentado solo en una ambulancia, fue ampliamente difundida por los medios de comunicación internacionales en agosto pasado.
Activistas del opositor Centro de Información de Alepo grabaron el vídeo después de que Omrán supuestamente fuera rescatado por la Defensa Civil Siria, que opera en áreas fuera del control del Gobierno, de entre los escombros de un bombardeo en Karm al Qataryi.
En ese momento, Alepo era escenario de enfrentamientos entre efectivos gubernamentales sirios y grupos rebeldes e islámicos.
La urbe, la mayor del norte de Siria, fue recuperada completamente por el ejército nacional y sus aliados a finales de diciembre, tras un mes de ofensiva.