Bangui, 26 may (EFE).- Al menos 300 personas han muerto, otras 200 han resultado heridas y cerca de 100.000 se han visto obligadas a dejar sus hogares en la República Centroafricana (RCA) durante las dos últimas semanas por los enfrentamientos armados entre milicias, informaron este viernes Naciones Unidas y el Gobierno de este país.
El resurgimiento de la violencia entre la milicia cristiana anti-Balaka y los rebeldes de la Unión por la Paz en Centroáfrica (UPC) ha provocado una situación de emergencia, especialmente en ciudades como Alindao, Bangassou y Mobaye (en el sur del país) y Bria (centro), que están siendo "devastadas".
La ONU advierte de que "un aumento de la tensión podría conducir a una crisis con consecuencias más graves que la de 2013", y lamenta la falta de apoyo financiero internacional para hacerle frente.
En este sentido, recuerda que el plan de respuesta fue presupuestado en 399 millones de dólares, de los cuales sólo ha recibido 64,8 millones.
Los enfrentamientos y los ataques de estos grupos armados -que han tenido como objetivo también tropas de la ONU- han llevado a la misión de Naciones Unidas en el país, MINUSCA, a reforzar sus posiciones en las zonas afectadas.
La República Centroafricana vive un complicado proceso de transición desde que en 2013 los exrebeldes Séléka derrocaran al presidente François Bozizé, desatando una ola de violencia sectaria entre musulmanes y cristianos que causó miles de muertos y ha obligado a cerca de un millón de personas a abandonar sus hogares.
La elección de Faustin Archange Touadéra como nuevo presidente en febrero de 2016 debía abrir una nueva etapa para la República Centroafricana, que sin embargo todavía tiene muchos problemas para controlar a los grupos rebeldes en zonas alejadas de la capital.