Francia, Italia y EE.UU. están entre los países que anunciaron medidas adicionales de seguridad en salas deportivas y de conciertos después de que un atacante suicidamatara a 22 personas tras una actuación de la cantante Ariana Grande en la ciudad británica de Mánchester.
El ministro del Interior francés, Gerard Collomb, dio instrucciones a los organizadores de eventos deportivos y culturales en el país para reforzar las medidas de seguridad. Por su parte, el comité antiterrorista italiano convocó una reunión extraordinaria tras el ataque en el Reino Unido durante la cual decidió añadir medidas de seguridad adicionales. El ministro del Interior del país europeo, Marco Minniti, llamó a "reforzar las medidas de seguridad para proteger las instalaciones más vulnerables, así como los lugares de grandes congregaciones de gente".
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La Policía de Nueva York (EE.UU.) "ha desplazado equipos adicionales de armas pesadas a lugares notorios de la ciudad", según el portavoz policial J. Peter Donald. El gobernador de Nueva York, Andrew Cuomo, pidió a los agentes de seguridad "intensificar las patrullas en lugares como aeropuertos, puentes, túneles y el sistema de transporte público".
Las medidas de seguridad han sido reforzadas también para los próximos eventos deportivos de la NHL y la NBA en Canadá, así como en la exposición AsiaWorld-Expo celebrada en Hong Kong.
La primera ministra británica, Theresa May, a su vez ha anunciado un despliegue de fuerzas armadas en respuesta al aumento del riesgo de atentados terroristas.
El EI asume la autoría del atentado de Manchester con "varios paquetes bomba"
El grupo terrorista Estado Islámico (EI) asumió hoy la autoría del atentado de Manchester al afirmar que un "soldado del califato" colocó "varios paquetes bomba" en varias concentraciones de "cruzados" en la ciudad británica.
En un comunicado, cuya autoría no pudo ser comprobada, y difundido a través de Telegram, el EI indicó que detonó los paquetes colocados en el Manchester Arena, donde murieron 22 personas, entre ellos varios niños, y otras 59 resultaron heridas.
El grupo yihadista afirmó que el ataque es una "venganza de la religión de Dios" y que tiene por objetivo "aterrorizar a los politeístas", en referencia a los cristianos, y también lo justificó como una "respuesta a sus agresiones contra las casas de los musulmanes".
La nota cifró en 30 los muertos y en 70 los heridos, y amenazó con que "lo que viene va a ser más fuerte, más intenso, contra los adoradores de la cruz y sus aliados".