El 20 de abril arrestaron en Filipinas a David Timothy Deakin, de 53 años, acusado de dirigir una red de pedofilia en ese país. En su vivienda, los agentes de la Oficina Nacional de Investigaciones (NBI, por su sigla en inglés) hallaron ropa interior y zapatos de niños, esposas, pipas y discos duros.
En su computadora encontraron imágenes y videos de menores realizando actos sexuales. El arresto de Deakin encendió las alarmas y sacó a la luz cómo pedófilos de Estados Unidos o Europa pagan a intermediarios en Filipinas para abusar a distancia de los niños, a quienes les ordenan hacer cosas vía streaming.
El turismo sexual por medio de webcams es una nueva forma de delito que se expande rápidamente. La Organización de las Naciones Unidas se refiere a “un alarmante crecimiento de nuevas formas de explotación sexual de menores online”.
Según el FBI, hay más de 750.000 abusadores de niños en línea. Casi todos los casos provienen de Filipinas y la mayoría son menores de 12 años.
En 2013, la explotación sexual a niños llamó la atención de la comunidad internacional cuando investigadores holandeses de Terre des Hommes difundieron la imagen animada de una supuesta niña filipina de 10 años a quien llamaron Sweetie. En diez semanas, mil hombres de 71 países intentaron descargar fotos animadas a través de foros online y grupos de chat.
En 2016, se registraron 8,2 millones de denuncias relacionadas con explotación sexual de niños vía online.