Mogadiscio, 6 abr (EFE).- El presidente de Somalia, Mohamed Abdullahi "Farmaajo", declaró hoy el "estado de guerra" en el país para acabar con el grupo yihadista Al Shabab, que todavía controla amplias zonas del sur y el centro, y ofreció amnistía a los terroristas que quieran rendirse.
La amnistía gubernamental, a la que los miembros de la milicia podrán acogerse en un plazo de 60 días, va dirigida a los "jóvenes de Somalia que fueron engañados por luchadores extranjeros", según aseguró el presidente somalí.
"Les damos una oportunidad para que se entreguen antes de que las balas les alcancen", añadió Abdullahi, que fue elegido presidente el pasado 8 de febrero poniendo fin al proceso electoral más representativo que ha tenido este país en 47 años.
Durante su discurso, insistió en que la guerra para acabar con los yihadistas no es solo del Gobierno, sino que todo el pueblo de Somalia tiene que permanecer unido para lograrlo.
"Al Shabab tiene cerca de 5.000 combatientes, pero nosotros somos más de 12 millones de personas", añadió el mandatario.
El Gobierno somalí ya ofreció amnistía a los terroristas en 2014, cuando más de 500 militantes de Al Shabab se acogieron a ella, según fuentes de la Iniciativa Barbaar, agencia internacional de apoyo a la reinserción.
Al Shabab anunció en 2012 su adhesión formal a Al Qaeda y lucha por instaurar un estado islámico de corte wahabí en Somalia, donde perpetra regularmente atentados contra civiles, policías, representantes del Gobierno y militares.
El último de ellos ocurrió ayer, cuando al menos ocho personas murieron en un restaurante de Mogadiscio, la capital, tras un atentado con coche bomba que también causó varios heridos.
Pese a los esfuerzos del Ejército somalí y de las tropas de la Misión de la Unión Africana en Somalia (AMISOM), Al Shabab sigue teniendo capacidad para efectuar acciones a gran escala tanto dentro como fuera del país, según un reciente informe de la ONU.