"Puedo entender ahora por qué una persona puede contemplar el suicidio cuando pierde a su pareja".
La frase es de Rio Ferdinand, exdefensa y multicampeón con el Manchester United entre 2002 y 2014, que en 2015 perdió a su esposa, Rebecca Ellison, por cáncer de mama.
Ferdinand, quien en 2002 se convirtió en el defensa más caro de la historia hasta ese momento (US$50 millones), no sólo sintió que perdía a su compañera, sino que esa muerte tenía un tremendo impacto en sus tres hijos que perdieron también a su madre.
Y esta semana, en un emotivo documental transmitido por la BBC llamado "Rio Ferdinand: ser mamá y papá", el exdefensa de la selección inglesa confesó los principales demonios que lo persiguen desde entonces.
"No me veo quitándome pronto el anillo de matrimonio. Creo que eso es un signo de que no he superado la muerte de Rebecca y no creo que lo logre pronto", dijo Ferdinand a la BBC.
"A una persona le toma seis meses. A otros diez años. Es ridículo pensar que el luto tiene un tiempo determinado", opinó el futbolista.
Juntos tuvieron tres hijos: Lorenz, de 11 años; Tate, 8 años y Tia, 6. Se casaron en 2009. A ella le diagnosticaron la enfermedad en 2013.
"Pensamos que ya habíamos superado la etapa del cáncer con el primer tratamiento, pero en marzo de 2015 volvió a aparecer. Y bang. Ahí fue donde todo cambió", relató Ferdinand.
Ellison murió en mayo de 2015, cuando tenía 34 años, después de luchar tres meses contra la enfermedad.
"Me demoré casi un año en buscar terapia. No soy bueno hablando de mis sentimientos y mis emociones", señaló.
"Y en esas conversaciones entendí muchas cosas: el valor que tenía Rebecca en mi vida y también por qué la gente contempla el suicidio en una situación como esa", agregó.
Pero mientras avanzaba en la terapia, se dio cuenta de que sus hijos estaban teniendo el mismo problema. Y eso comenzó a preocuparlo.
Recipiente de los buenos recuerdos
El defensa central, originario del barrio de Denmark Hill, en el sureste de Londres, y quien tenía 36 años cuando quedó viudo, aceptó que era hora de hablar de su caso con otros hombres que hubieran pasado por lo mismo.
Y allí tomó conciencia de que sus tres hijos podían necesitar ayuda para liberar los sentimientos de luto por la pérdida de su madre.
"No sabía ninguna técnica para hablar de esto con los niños. No sabía qué botón tocar", confesó.
"Cada vez que iniciaba una conversación para saber cómo se sentían, ellos simplemente me callaban, o se iban lejos e interrumpían la charla", dijo durante el documental.
Entonces se convenció de que tenía que cambiar de estrategia y convirtió una botella enorme de plástico en un "recipiente de momentos felices con mamá".
"Les dije que escribieran cosas que les recordaran a ella y que los hicieran felices y pusieran el papel en la jarra, con la idea de que cuando lo volvieran a leer, tiempo después, recordaran ese momento de nuevo", explicó el exjugador.
"Pero ellos lo hicieron mejor: comenzaron a hacer dibujos, de nosotros dos agarrados de la mano, de cuando saltaba sobre el sofá… muchas cosas alegres".
"Como que todo se abrió de repente y fue un lindo momento cuando los vi hablando felizmente de su mamá. Fue como pasar de la oscuridad a la luz".
Terapia grupal
Rio Ferdinand dejó el Manchester United en 2014 y finalmente, después de jugar una temporada con el Queen Park Rangers, abandonó el fútbol en activo.
Actualmente es uno de los comentaristas del programa de la BBC "Match of the Day" (El partido del día) y también de la cadena BT Sport para los partidos de la Liga de Campeones.
Y ahora, es también el encargado exclusivo de la crianza de Lorenz, Tate y Tia.
"Esta situación me ha hecho comprender el valor que tenía Rebecca en mi vida: ella hacía de todo. No sabemos todo el trabajo que tienen que hacer las madres al encargarse de sus hijos", anotó sobre su nueva condición de "padre y madre a la vez".
Las confesiones hechas en el documental generaron múltiples reacciones en Reino Unido tras la emisión televisiva.
"Su testimonio provoca reflexión, además de ser muy emotivo", escribió el exdelantero inglés y compañero de set de Ferdinand, Gary Lineker.
El boxeador Tony Bellew también envió un mensaje de admiración hacia Ferdinand: "No tengo palabras para describir la profunda admiración que tengo por la valentía que muestras cada día".
El mismo Ferdinand dejó un mensaje alentador: "Creo que todavía hay mucho por trabajar. Al principio me preguntaba '¿cómo voy a volver a ser feliz?'. Pero veo a los niños y sus sonrisas y creo que eso es un buen motivo para salir adelante".