Algunos vecinos de la ciudad siria de Alepo, devastada por más de cinco años de conflicto armado, han comenzado a regresar, después de que las fuerzas gubernamentales se hicieran con el control total de la urbe el pasado 23 de diciembre, tras la rendición de las fuerzas rebeldes.
Vuelven desde otras poblaciones sirias donde buscaron refugio, incluso del extranjero, con la esperanza de que la capital del norte de Siria vuelva a ser de nuevo un lugar próspero, seguro y tranquilo.
"Estuve viviendo con mi familia en Latakia (oeste) durante cuatro años. Fuimos de los primeros en abandonar nuestras casas porque el barrio de Hanano (Alepo) fue el primero invadido por los rebeldes", indica a Efe Mara, una farmacéutica de 31 años que abrió una farmacia en Latakia, donde vivió con su marido, sus tres hijos y sus suegros.
Mara explicó que cuando escucharon que los combates habían cesado, tomaron la decisión de regresar.
"Aquí estamos ahora. Hemos vuelto y estamos contentos con nuestra decisión", concluyó.
Al igual que Mara, la familia del doctor Riad Keze ha decidido regresar a su ciudad natal, pero esta vez desde Emiratos Árabes Unidos, donde residieron los últimos cinco años.
"No quería abandonar mi país, pero tenía que hacerlo si quería garantizar un futuro a mis hijos, a pesar de que en estos cinco años nuestras vidas no fueron tan fáciles ni felices como ellos pensaban que serían", comentó a Efe Keze.
El médico reconoció que sufrieron estrecheces económicas en el exilio y que sentían mucho dolor cada vez que veían el sufrimiento que padecía la ciudad de Alepo.
"Empecé a pensar en volver en el momento en que escuché, por primera vez, que el Gobierno y los rebeldes podían alcanzar un acuerdo. Realmente no nos interesa mucho la política, pero sí que nos damos cuenta de la importancia de lograr la paz", agregó.
Así que, cuando se anunció el fin de los combates, Keze le pidió a su hermano que fuera a echar un vistazo a su casa, situada en los barrios antiguos de Alepo, y este le dijo que estaba bien y que solo había sufrido algunos desperfectos, a pesar de los encarnizados combates que se libraron en la zona.
"Empezamos las preparaciones hasta que hace dos semanas, mi mujer, dos de mis hijas y yo volvimos", continúa Keze, quien explica que su hijo mayor trabaja en Alemania y su hija mayor se casó en Abu Dabi.
Samar, la esposa de Keze, muestra también a Efe su alegría por haber regresado a su ciudad, a pesar de la situación en la que se encuentra.
"La destrucción y las muertes que ha habido en Alepo me entristecen, pero estoy contenta porque todo esto se ha acabado y podemos volver a pensar en revivir la ciudad", aseguró Samar, antes de confesar que nunca pensó que sería tan infeliz fuera de su país, incluso sabiendo que estaba en un lugar mucho más seguro.
Otro de los recién regresados es Ozman, que como muchos de sus compatriotas huyó de Siria en dirección a Turquía en 2015, cuando tenía 19 años, con la intención de buscar asilo en Alemania,
"Solo tenía un pensamiento en la cabeza, llegar a Alemania y comenzar una nueva vida allí. Estaba seguro de haber tomado la decisión correcta y dejé todo atrás", relata.
Sin embargo, una mañana se quedó aterrorizado cuando escuchó que una barca con emigrantes sirios se hundió en el Mediterráneo cuando se dirigía a la isla griega de Lesbos y que todos murieron ahogados.
"Fue horrible, todo el esfuerzo para nada. Me di cuenta de que no éramos más que mercancías con las que se estaba traficando por dinero y que nuestra seguridad y nuestro futuro no le importaban a nadie", agregó Ozmán, antes de explicar que, después de aquello, comprendió que el único sitio en el que no sería tratado así sería en Alepo.
Por eso, asegura, tres meses después de haber huido regresó a su ciudad sin importarle el estado en el que se encontraba.
Ahora, ha recuperado sus estudios en la universidad de Alepo y trabaja a través de internet como programador y diseñador web.