En un intervalo de 90 minutos, la región central de Japón fue impactada por 21 sismos, siendo el más devastador con epicentro en Noto, Ishikawa.
Este suceso generó incendios, cortes masivos de energía y derrumbes, dejando a seis personas atrapadas. Además, los servicios de trenes se vieron interrumpidos debido a los daños en la infraestructura.
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El lunes, olas de tsunami, con alturas superiores a un metro, sacudieron el centro de Japón tras la sucesión de fuertes terremotos que ocasionaron daños en viviendas, cerraron carreteras y llevaron a las autoridades a instar a la población a buscar refugio en zonas elevadas.
El terremoto de magnitud 7.6 en la región de Noto, Ishikawa, a las 16:10 (0710 GMT), marcó el evento sísmico más significativo. En un lapso de 90 minutos, la agencia meteorológica japonesa registró 21 sismos de magnitud 4.0 o superior.
Las olas de tsunami golpearon el puerto de Wajima, Ishikawa, a las 16:21 (0721 GMT), aproximadamente 10 minutos después del sismo más fuerte, según la Agencia Meteorológica de Japón (JMA).
Ante la amenaza de tsunami, se emitió una «alerta de envergadura por tsunami», la primera desde el devastador terremoto de 2011, que luego fue rebajada a «alerta de tsunami». Las autoridades confirmaron la llegada de oleaje a las prefecturas de Yamagata, Niigata y Toyama.
Japón: 21 Sismos, Caos y Tsunami en 90 Minutos
El Centro de Alerta de Tsunamis del Pacífico advirtió sobre posibles olas peligrosas en un radio de 300 kilómetros desde el epicentro a lo largo de la costa del Mar de Japón, afectando incluso a ciudades en el extremo oriente ruso, como Vladivostok.
El terremoto provocó numerosos derrumbes y cortes masivos de energía, dejando a 33,500 hogares sin electricidad en las prefecturas de Toyama, Ishikawa y Niigata. Se han reportado casas derrumbadas y residentes atrapados, mientras los equipos de rescate luchan por hacer frente a la magnitud de la situación.
Los servicios de trenes y autopistas importantes fueron cerrados, y las temperaturas nocturnas previstas alrededor de 1 °C agravan la situación. La JMA informó que la región de Noto continuó experimentando sismos, incluyendo uno de 6.2 grados poco después del evento principal.
La respuesta del gobierno japonés fue activar un gabinete de crisis, y la Autoridad de Regulación Nuclear indicó que no se detectaron problemas en las centrales nucleares de la zona afectada. Sin embargo, se confirmaron vertidos de petróleo y daños menores en las instalaciones nucleares.
Aunque Japón cuenta con rigurosas normas de construcción, la magnitud del terremoto ha puesto a prueba la capacidad de respuesta del país, que aún enfrenta las secuelas del devastador terremoto y tsunami de 2011. A la fecha, se ha confirmado la evacuación de residentes y se esperan más detalles sobre los daños y las medidas de recuperación.