Pingüinos, esas adorables aves que parecen siempre estar vestidas para una ocasión especial y que carecen de la habilidad de volar, definitivamente no hay forma en que las veamos como una amenaza o algo muy imponente.
Sin embargo, si viajáramos 37 millones de años al pasado tal vez deberíamos tener más cuidado porque, en esos ayeres, en la Antártida merodeaba una especie de pingüino de casi 2 metros.
Así es, hay evidencias en forma de esqueletos encontrados en esa región de una especie de pingüino llamada Palaeeudyptes klekowskii que, al parecer, fue la especie más grande de pingüino que alguna vez haya existido.
Se han encontrado dos esqueletos de esta especie y, aunque no se encuentran completos, han proveído suficiente evidencia a los científicos para hacer un estimado de su tamaño. Antes de esto, se creía que el pingüino más grande media poco más de metro y medio.
Se cree que estos pingüinos gigantes tenían subsecuentemente pulmones más grandes lo que les permitía estar de bajo del agua por 40 minutos antes de tener que salir a flote para respirar y volver a sumergirse.