Al ritmo de los filarmónicos, como todos los primeros de agosto, miles de promesantes devotos de la imagen de Santo Domingo de Guzmán; participan de la gran procesión conocida como «La bajada del Santo»; que recorre cada uno de los barrios de la capital como parte del inicio de las fiestas patronales de Managua.
Las vaquitas culonas, los caciques y los diablitos son característicos de esta fiesta popular; donde podemos encontrar personas que ya llevan muchos años acompañando a la milagrosa imagen; transmitiéndoles estas tradiciones a las futuras generaciones.
- Te puede interesar: Gobierno inaugura 5 kilómetros de Camino Productivo en Siuna
En esta celebración no pueden faltar aquellas personas que cumplen su promesa; de acompañar al patrón de Managua hacia su morada, agradeciendo por las bendiciones y milagros recibidos.
«Yo represento al cacique rojo y pues estoy pagando la promesa dado a que mi hija se cayó de un segundo piso; y pues yo le pedí a Santo Domingo que me la cuidara y que se curara de todas sus lesiones y pues eso me lo concedió; y ahora yo llevo 26 años recorriendo cada uno de los barrios hasta que llegue a su morada»; agregó José Martín Maychaina, promesante de Bluefields.
La imagen del santo, en esta ocasión, fue adornada con flores blancas; azules, rojas y verdes, esta vez con el lema «Oremos con devoción».
Son aproximadamente 10 kilómetros los que recorre el mar de gente de diferentes partes del país; donde durante las 12 horas de recorrido podemos observar cómo se hacen diferentes estaciones aprovechadas por el comité de cargadores; quienes bailan a «Minguito» junto a personas de todas las edades.
«Mi hijo tenía epilepsia y pues logramos que él mejorara mucho, siempre de la mano de la fe y de Santo Domingo; es por eso que yo llevo años pagando promesa, bailando, orando hasta donde mi cuerpo aguante; y yo sé que a pesar de la edad él me va a dar fuerza para seguir viniendo y para acompañarlo este próximo 10 de agosto»; agregó la promesante Margarita Potozme.
Esta gran procesión culminó con la llegada de Santo Domingo en el famoso barco; acompañado de diferentes autoridades municipales, cargadores y rodeado de un cordón de seguridad para que esta actividad religiosa culminara de forma segura para todos.