Medicamentos y hospitalización es todo lo que ha conocido durante sus 15 meses de nacido, nuestro querido Diego, en un barrio de Managua.
Su corazón no bombea sangre de forma adecuada debido a una miocardiopatía dilatada y su respiración se torna ruidosa debido a una laringomalacia.
El embarazo de Georgina Raquel Ordóñez se convertía en una antesala de lo que les tocaría enfrentar. «Cuando yo estuve embarazada no podía respirar, no podía dormir porque me costaba respirar, quizás ya el niño me estaba avisando de que algo pasaba»; aseguró.
«Se me enfermó de una tos, se me ponía moradito. El estómago se me le ponía grande, me dijeron que era enterocolitis. Ya después me lo dejaron internado porque tenía neumonía silenciosa, se cansó y me lo tuvieron que entubar, ya después los estudios revelaron la miocardiopatía dilatada«; indicó.
En este momento Diego necesita con urgencia un aspirador de secreciones, cuyo costo aproximado es de 500 dólares. «Ahorita no se le escucha, pero si yo le doy chicha o pachita, él se queda con un ronquido. Es la flema que a él no le pasa, mientras con ese aparato eso se le trae todo lo que tiene en la nariz«; continuó su mamá.
Diego es todo un guerrero
«No se alimenta bien el niño, lo más que toma de leche es 2 onzas, 3 onzas y si le hacemos mogüito. No come mucho, porque no puede tragar mucho, digo yo que es por esa flema que se le mantiene en el pecho que él no come. Si no fuera por el pecho de la madre, no engorda ni nada«; dijo su abuela Blanca Chavarría.
Diego, el último de tres hermanos, es un guerrero. Ha sido entubado en cuatro ocasiones, saliendo victorioso.
«Es doloroso ver un hijo sufrir, es duro que lo estén canalizando, enfermo, entubado varias veces. Me decían que en la intubación podía fallecer por el riesgo que conlleva esta situación»; continuó Ordóñez.
Para colaborar con este valiente niño, llame al número 8586 – 4029.
Su familia habita en el barrio Germán Pomares, en Managua, frente a la cancha que lleva el mismo nombre. Su madre mantiene viva la fe y la utiliza como escudo para ir superando los malos momentos.
«Uno se levanta en la madrugada a ver si está respirando porque nos dicen los médicos que él puede fallecer con muerte de cuna, muerte súbita, pero confió en Dios y sé que Dios va a hacer la obra»; concluye.
