La esperanza es lo último que se pierde, sobre todo si es para reponerse ante una adversidad, así lo afirmaron los familias afectadas por el siniestro ocurrido la medianoche de este miércoles en la zona 6 del municipio de Ciudad Sandino, en Managua. Las causas del siniestro que redujo a cenizas dos viviendas están bajo investigación.
Elizabeth Potoy, dueña de una las viviendas afectadas, calcula en unos 50 mil córdobas en pérdidas entre sus electrodomésticos e infraestructura, lo que significa 18 años de trabajo arduo por salir adelante. "Pero mientras mis hijos, mi familia esté bien, hay que empezar de nuevo, me duele perderlo todo pero lo importante es la vida", aseguró Potoy.
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La segunda casa afectada es integrada por 11 personas, los que también solo se quedaron con la ropa puesta.
Para cualquier ayuda puede comunicarse al 8487-4546 con Gloria o al 8804-1357 con Elizabeth Potoy. Una mano amiga es lo que necesitan para volver a retomar su rumbo, ya que el bien más preciado es el que conservan: la vida.
Los hechos
Las viviendas pertenecen a la señoras Tania Elizabeth Potoy y Lea Cuaresma, vecinas desde hace muchos años. Se especula que el siniestro inició en el inmueble de la señora Cuaresma por un posible cortocircuito; de hecho ella misma relataba que creía que ésta podría ser la causa de la tragedia para estas dos familias.
La señora Cuaresma contó que ella se encontraba en un cuarto del fondo de la casa cuando uno de sus hijos le avisó de las llamas que ya eran incontrolables. En esta vivienda habían nueve personas cuando se dio el incendio, afortunadamente todos salieron sin lesión alguna.
Por otro lado, en la casa de doña Elizabeth estaban tres personas nada más, las que se lograron evacuar a tiempo, al ver cómo el fuego se expandía a cada segundo con mayor velocidad y peligro. Solo recuerdan que las llamas provenían de la casa vecina y que lo primero que hicieron fue salvaguardar sus vidas.
En ambas viviendas las pérdidas fueron totales, no lograron sacar nada más que lo que andaban puesto. A pesar de la voluntad de los vecinos, las lenguas de fuego generaban demasiado peligro por lo que tuvieron que esperar a que se hicieran presentes los bomberos, quienes trabajaron arduamente para que el fuego no se expandiera a otras casas.
