A raíz de las constantes amenazas de grupos delincuenciales y personas que aprovechan las circunstancias, familias de los diferentes barrios de Managua se instalaron a las afueras de algunas sucursales de Palí para evitar que fuesen víctimas del saqueos.
El segundo jefe de la Policía de Managua, el comisionado general Fernando Borge, estableció un plan de apoyo para resguardar estos centros de compras y sobre todo garantizar la seguridad de los capitalinos. "Por un planteamiento de la empresa privada hacia la Policía, decidimos establecer un plan de seguridad a estos centros de compras, con participación de la gente. No permitiremos ningún pillaje, a que vengan delincuentes a apoderarse de los artículos básicos de la población. Estaremos las 24 horas haciendo patrullaje y vigilancia, con el apoyo de los guardas de seguridad, de la gente que nos informa de los incidentes, para que no ocurran más estos actos vandálicos. La empresa privada está pendiente a que no ocurran más estos incidentes, por eso nos comprometemos a brindar seguridad a estos centros de compras", refirió.
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El reparto Miraflores, en el Distrito II de la capital, es uno de los puntos que es resguardado por la Policía y la población
"Somos habitante de este sector, desde anoche quieren meterse (domingo); entonces venimos a resguardar los alimentos. Estamos pendiente ante cualquier movimiento de estos delincuentes, estamos cuidando el lugar donde nosotros dignamente compramos con un salario, no estamos robando, estamos cuidando, le agradecemos a los agentes de la Policía, quienes están resguardando nuestra seguridad", manifestó Eda Guido, habitante del sector.
"Ya queremos la paz, la seguridad para nuestros niños, no queremos más violencia, queremos vivir con normalidad, queremos seguir avanzando, no queremos que el país lo quieran desestabilizar, queremos la paz", dijo Leyla Aguirre.
El comisionado general Fernando Borge realizó un recorrido por estos centros de abastecimiento y ratificó el compromiso de resguardarlos, al igual que la seguridad ciudadana.
En el barrio Camilo Ortega y en Bolonia las familias también protegían las sucursales de Palí para evitar los saqueos.