El dueño del negocio comedor La Vaquita ubicado a escasas 2 cuadras de la UPOLI reporta pérdidas totales e identificó la intención de un partido político en manipular la situación.
“Desde las 5 o las 6 ya comienzan a salir a la calles los vagos, a trancar las calles a bloquearnos, el colmo es que en días pasados nos visitaron tres personas que yo se que son del MRS, nos ofrecieron para que habláramos con el resto de comerciantes, para que se elaborara un listado de comerciantes y ellos nos iban a comprar toda la producción. Yo le dije que yo tengo que abrir, entonces me dijeron que yo les iba a vender todo y no necesitaba abrir”, sostuvo Vladimir Vanegas.
Explica que su comedor era bien visitado pero ahora se ha venido a la quiebra. “Lamentamos, al igual que la población en general estamos queriendo paz, tranquilidad para trabajar”, puntualizó Vanegas.
Las palabras: "secuestro, asedio, miedo, zozobra" están en cada uno de estos hogares.
“El país entero está caminando y nosotros aquí en la UPOLI, estamos rehenes, secuestrados”, manifestó el dueño del negocio.
“Yo he visto que moto que pasa la paran, le dicen 'paga', soy testigo, eso no es lucha, eso ya es vandalismo, delincuencia”, apuntó doña Sara Amelia.
Un docente de la UPOLI dice estar golpeado económicamente porque no le permiten impartir clases. “No estoy trabajando, ni han podido pagarme, hay algunos pagos que no he podido hacer y ya hay presión”, dijo Edgar Mendieta.
La voces de rechazo se multiplican. “Nos andan intimidando con los morteros, todos los de aquí pagamos alquiler, eso no es justo”, indicó Melissa Barrios.
“Aquí todo el comercio de la calle está cerrado, los portones están cerrados”, sostuvo un dueño de negocio de comida.
“La gente de los alrededores estamos cansados, yo creo que vamos a irlos a sacar a la UPOLI, porque son los vagos de todos los barrios que están alrededor, me dijo un amigo que están saqueando, se han llevado las computadoras, los aires acondicionados, las impresoras por el lado de atrás de la UPOLI”, manifestó Roberto Rodríguez.
Las familias exigen que desean vivir en paz y que sus actividades vuelvan de inmediato a la normalidad.