Al son del güegüense y acompañado de la imagen de san Sebastian, el párroco Orlando Mendoza originario de Diriamba fue recibido por feligreses del barrio Santa Rosa en la capital y despedido, al mismo tiempo por quienes fueron sus feligreses en el municipio caraceño.
“Ahí estaremos pendiente de la catequesis, las predicaciones y estar cerca de ellos para instruirlos en el camino y el mensaje que nos brinda nuestro Dios, el pastor debe estar donde están las ovejas y obediencia al obispo”, fueron las palabras que expresó el padre Mendoza.
El parroco Javier amador gómez quien fungió como guía espiritual por casi 14 años nos cuenta que es un trago amargo dejar a sus hijos, como el los bautizó, el fue trasladado a la iglesia nuestra señora de la luz en el barrio la luz de la capital.
“Yo vine a darle vida espiritual y pastoralmente a esta parroquia (parroquia santa rosa) ya con 14 años aquí, la gente se encariña y mucho están con sus corazones roto por que ya me miraban como un padre porque eso son los feligreses para nosotros como unos hijos” dijo entre sollozas el párroco que ahora tiene brindar sus servicios en otra comunidad.
Los feligreses que desde el 2004 se congregan con el parroco Javier se mostraron entristecidos, pero adujeron apoyar a su nuevo sacerdote.
"Nos sentimos tristes por que el padre Javier ha sido un buen pastor para nuestra iglesia que ha sabido llevar a sus ovejas en el camino del bien. Formó muchas comunidades, fue un sacerdote que mucho lo vamos a recordar y lo vamos a visitar de vez en cuando y siempre también trabajar con el sacerdote que nos viene ahora", fueron las palabras que que nos brindó la feligresa Gissell Gudiel.
Un tope entre la santa del pueblo, santa rosa, y el santo diriambino, san Sebastián fue la actividad simbólica con la que recibieron y despidieron a los guías espirituales que ahora dirigirán nuevas iglesias y nuevos rebaños.