No existe límite de edad para abandonar los sueños más anhelados y aunque los 80 años ya pesan para Doña Cándida Solís Morales, mantiene muy fresco en su mente el sueño de construir su casita, aunque eso sea lo último que sus ojos vean antes de cerrarlos para siempre.
"Cuando compré esta casita vieja hace 20 años, estaba en mejores condiciones, pero en octubre pasado un día de tantos se vino al suelo y quedé peor. El comején acabó de destruir lo último que quedaba en pie", explicó Doña Cándida, una ancianita que a pesar de su avanzada edad rebusca la manera de ganar dinero vendiendo gaseosas en el Mercado Oriental para sobrevivir.
Esta mujer de aspecto humilde asegura haber sido abandonada por sus hijos hace años, quienes ahora viven en Costa Rica y la han echado completamente al olvido y a merced del tiempo. Sin embargo desde hace dos años está al cuido de una mujer a la que llama Jaqueline, de quien a pesar de no llevar su sangre, asegura recibir buenos tratos y atenciones que no obtuvo de sus familiares.
"No me puedo quejar de esta mujer, es muy buena y sus hijos también. Ni mis hijos se han portado asi conmigo", asegura.
Jaqueline aún con cuatro niños pequeños, según Doña Cándida ha llegado a ser como una hija y que por eso no le pesa darle posada. Por esos pequeños ella anhela que personas de buen corazón o alguna empresa le ayuden a construir una vivienda, la casa que nunca ha tenido a pesar de años de trabajo y esfuerzo.
Esta anciana también tiene que ingeniárselas para llevar de comer y comprar las medicinas para su hijo que ha quedado inválido desde hace 32 años, luego de sufrir un inesperado accidente que lo dejó completamente inhabilitado.
Si en su corazón siente el deseo de ayudar a construir la casa de sus sueños a esta humilde ancianita puede llamar al celular 7680-1394 o bien dirigirse a Laureles Sur, de los Molinos Francys 1 cuadra al Oeste, 3 cuadras al sur, 1 cuadra al Oeste, 1 1/2 al Sur.