Los feligreses se desbordaron en la catedral metropolitana de Managua, donde las familias participaron en la bajada de la Sangre de Cristo.
“Yo siempre digo que esto para mí es una catequesis de ver a mucha gente contemplar la imagen, sino que vienen a encontrarse con el Señor, con entusiasmo, en la confesión, en la reconciliación, en la Santa Comunión, es una fiesta no pagana, sino de fe que viene de generación en generación”, compartió el padre Leonel Alfaro, vicario de la catedral de Managua.
Son muchas las familias que participaron de la bajada de la Sangre de Cristo, ya sea para cumplir sus promesas, realizar sus peticiones o por simple devoción.
“Yo tengo 78 años y desde chiquita vengo a la bajada de la Sangre de Cristo, fui consagrada. Me quebré las 2 pelvis, soy operada y yo estaba en una sillas de ruedas y ella me levantó”, expresó doña Elba Moreno.
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“Todo el tiempo vengo, cuando ella baja o sube, le pido por mis hijos, por mis nietos. Yo le pido el regreso de mi hija, la imagen me ha cumplido muchos favores y tengo muchas cosas que agradecerle”, expresó Teresa Bellis, devota de la Sangre de Cristo.
La imagen de la Sangre de Cristo en la catedral el próximo año cumplirá 380 años, fue traída de Guatemala a nuestro país en julio de 1638. Su altar fue visitado por el papa Juan Pablo II en su visita a Nicaragua en 1996.
“La imagen cumple 379 años, en sus 380 que si dios nos permite vamos a tirar la casa por la ventana, es una reliquia y merece mucho cuidado y resguardo, debemos hacerle una restauración”, compartió el padre Leonel Alfaro, vicario de catedral.