Un 20 de junio de 1979, cuando se disponía a realizar cobertura periodística sobre la guerra en Nicaragua, el periodista Bill Stewart lamentablemente fue asesinado por guardias de la dictadura de Somoza, junto a su traductor, el nicaragüense Juan Francisco Espinoza.
Ambos fueron asesinados en el barrio El Riguero, en Managua, y es por eso que hoy se recuerda y se les reconoce porque su sangre también abonó al proceso de paz en Nicaragua.
Esta tarde de martes madres de héroes y mártires participaron en el homenaje de caídos en el barrio El Riguero y manifestaron su alegría porque siempre serán recordados por su aporte a la paz y la tranquilidad de los nicaragüenses.
"Valió la pena, fue doloroso… pero aquí estamos todavía celebrando esa gran victoria, el triunfo de la Revolución, viviendo en nuevos tiempos. Somos felices al ver a Nicaragua que está prosperando", expresó Esperanza Valerio, una de las madres de caídos de este barrio capitalino.
Hace 38 años justamente el periodista Bill Stewart fue abatido a tiros por soldados de la Guardia Nacional cuando realizaba su labor como corresponsal extranjero. "Justo hoy cumple 38 años de la caída del compañero Bill Stewart, justo hoy en el lugar exacto donde él cayó estamos haciendo este acto. Él se suma en abonar a esa sangre, también a nivel internacional para hacer la denuncia de lo que pasaba en Nicaragua y hoy recordamos a todos los héroes del Distrito I, nos acompañan madres de héroes y las familias", dijo Cintia López, del equipo de políticos del FSLN del barrio El Riguero.
Ella recordó que "con la sangre de los caídos se abonó a la paz y es por eso que tenemos este clima de paz, de alegría, los niños felices, es para reconocimiento de alegría y prosperidad".
"Yo me siento alegre de esto que se está haciendo, le agradezco al presidente Daniel y a la primera dama Rosario Murillo. Tuve tres hijos y los tres fueron a luchar pero gracias a Dios regresaron bien. Ellos sufrieron pero ganamos y esto lo hicimos de corazón, ellos se fueron voluntariamente. Valió la pena, porque ahora tenemos muchos proyectos y que en aquellos tiempos no teníamos, yo por eso le agradezco al Comandante y ¡que viva Daniel y Rosario Murillo!", expresó muy contenta y agradecida doña Carmen Sotelo.