Las religiosas y los devotos de la Virgen de Fátima veneraban desde horas tempranas en el colegio Cristo Rey, ubicado en la capital, a la imagen peregrina que luego partiría hacia Guatemala tras la visita a nuestro país, en conmemoración al centenario de su aparición en Portugal.
"Para nuestra congregación ha sido de mucha alegría sobre todo por el centenario ha sido una gran oportunidad, nos ha llenado de mucho gozo, de mucha alegría. Ha sido un gran privilegio el que ella haya dormido una noche en esta humilde congregación", dijo Sor Mireya Méndez, responsable de las Siervas Misioneras.
Luego de una solemne misa, feligreses acompañaron a la venerada imagen hasta el aeropuerto Augusto C. Sandino. En su recorrido hizo una estación en la parroquia San Luis, allí la esperaban los niños de catequesis para un encuentro simbólico que evocaba las experiencias vividas por los pastorcitos en Portugal.
"El día en el que arribó al aeropuerto vimos un desborde de amor y de devoción de las personas que no era un desborde de canto, de oraciones, sino que vimos que muchos hicieron el sacrificio de estar realmente presentes, esto implica que no es la superficialidad que existe en el pueblo nicaragüense, sino una profunda devoción y esto es lo que ella vino a pedir a los niños hace cien años atrás", comentó Javier Pérez Beltrán, heraldo del Evangelio.
La delegación que acompañó a la Virgen de Fátima durante tres días de visita agradeció al pueblo nicaragüense la muestras de amor y fe, además del apoyo brindado por el Gobierno.
El pueblo católico del mundo celebró 100 años de las apariciones de la Virgen en Fátima y en Nicaragua se vivió con mucho fervor esta conmemoración, gracias a la visita de la imagen peregrina.