Nintendo tuvo un montón de maniobras comerciales de lo más inusuales, desde los conocidos como «love hotels», hasta un servicio de taxis, pasando por la creación de productos de comida rápida y hasta una aspiradora. La compañía japonesa, antaño popular en Japón por la creación de naipes, tuvo una trayectoria de lo más variopinta, dedicada durante un largo periodo de tiempo a la fabricación de juguetes. Sus 133 años de historia dan para infinidad de anécdotas, algunas muy conocidas, otras absolutamente disparadas.
Tras el éxito acumulado con su incursión en la industria de los videojuegos, Nintendo dejó un poco de lado los experimentos empresariales… aunque no del todo. Con el objetivo de sacar adelante algunos de sus productos, no dudaron en hacer uso de un marketing bastante agresivo, que se manifestó en campañas que serían impensables hoy en día. Por ejemplo, ¿qué tal meterte los dos juegos más importantes de NES en el desayuno? Pues se hizo, y la verdad es que hasta el nombre del producto era de lo más ingenioso (y friki).
El desayuno de los nintenderos
El paquete de cereales en cuestión recibía el nombre de Nintendo Cereal System, que era claramente un juego de palabras con respecto a Nintendo Entertainment System (NES), la popular consola de 8 bits de la compañía japonesa. Al abrir el envase, se podían encontrar dos bolsitas de cereales, unos tematizados en Super Mario Bros (con sabores afrutados) y otros en The Legend of Zelda (con sabor a bayas). En el frontal de la caja aparecían imágenes de ambos juegos, en clara referencia promocional.
Uno de los detalles más curiosos es que hasta los propios cereales estaban tematizados y caracterizados con los personajes y objetos más emblemáticos de estas licencias. En el caso de Super Mario se podían distinguir los goombas, los koopas… ¡y hasta al malvado Bowser! En los cereales de Zelda podías encontrar corazones, llaves, el bumerán y por supuesto la forma del propio Link. Todo esto echándole con un poquito de imaginación, claro, porque digamos que la textura empleada no daba para un alto grado de detalle.
Los cereales fueron distribuidos en las tiendas estadounidenses en 1988 y no duraron más de un año en el mercado. Probablemente no fueron el éxito que Nintendo esperaba, o puede que cumplieran la función de promocionar estos videojuegos durante su periodo de lanzamiento. Después de todo, hay que recordar que esta acción promocional forma parte de una estrategia para hacer llegar los videojuegos a los hogares occidentales, justo en un momento en que se veía con desconfianza a esta forma de entretenimiento.
Reconozco que me hubiese gustado probar los cereales, pero encontrar una caja debe ser tarea imposible, y desafiar la fecha de caducidad una auténtica locura. No obstante, he encontrado opiniones y la gente dice que eran crujientes y estaban buenos. Además, el envase no traía pocas sorpresas. Había varios diseños de caja, con una que mostraba un Mario y Link holográficos en la portada. Una chulada. En el lateral se podían encontrar consejos sobre los juegos, y algunos envases incluían un mini-pinball tematizado.
De forma reciente y con motivo del estreno de Super Mario Odyssey en Nintendo Switch, se lanzaron unos cereales que recuerdan a los antes mencionados. Su alcance ha sido igualmente limitado en espacio y tiempo, pero son toda una curiosidad, con formas de estrellas y champiñones de colores. ¡Hasta venían con un código de amiibo para escanearlo! Sin duda, un reclamo publicitario que recuerda a otra época, pero que sigue siendo curioso. ¿Los compraríais si llegaran a vuestro supermercado habitual?
