China cada vez tiene más presencia en el mundo del anime y Masao Maruyama; fundador de los estudios Madhouse y MAPPA; cree que sus vecinos podrían terminar por ganarle el mandado a Japón.
De hecho una parte importante del anime que vemos hoy en día se ha producido de una u otra forma en China; por ejemplo, en ilustraciones de stock como fondos y escenarios.
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Maruyama atribuyó el estancamiento de la industria del anime en Japón a la manía con la comercialización que ha plagado el mercado de series idénticas; que siguen la misma fórmula buscando el éxito.
«La gente en Japón ya no estudia animación«; expresó el animador que se identifica a sí mismo como heredero del Dios del manga Osamu Tezuka. Y no es para menos; pues a lo largo de su larga carrera ha descubierto y cultivado talentos como los de Mamoru Hosoda (The Girl Who Leapt Through Time); Satoshi Kon (Perfect Blue) y Sunao Katabuchi (In This Corner of the World).
Él mismo no dibuja ni escribe; pero su carrera en la industria se remonta a 1965 cuando trabajó para el estudio Mushi Pro dirigido por Tezuka mismo.
Y sin caer en el alarmismo estas palabras podrían generar más de una inquietud en los aficionados del anime, pues no estamos frente a las declaraciones de un random de internet (como su servilleta).
«La única razón por la que China no se ha puesto completamente a la par con Japón es porque todavía existen muchas restricciones a la libertad de expresión allá»; y continúa, «si las restricciones se liberan un poco Japón será superado en poco tiempo».
Lo cierto es que nada está decidido todavía, aunque Murayama sabe de qué se trata esa agotadora y exigente tarea que es llevar una labor creativa: «Crear una obra se trata de retarte a ti mismo para hacer algo nuevo, independientemente de lo que ya hiciste en el pasado. Esto te vuelve egoísta en cierto sentido, rasgo que por cierto adopté en su forma más pura»; concluyó el animador.