Tras la derrota en casa del Bayern Múnich (1-0), el París Saint-Germain (PSG) se encuentra al borde de una eliminación en primera ronda de Liga de Campeones, algo inédito desde la llegada de los dueños cataríes, una situación que confirma los límites de la plantilla y que pone bajo presión a Luis Enrique.
El desafío ya se anunciaba complicado en el Allianz Arena, contra un Bayern Múnich también en reconstrucción bajo las órdenes de Vincent Kompany, pero con una plantilla cinco estrellas.
Decidido a poner intensidad en los duelos y la presión, la actuación del grupo parisino en Alemania no puede considerarse un ridículo, pero lo cierto es que el PSG no llegó a crear incertidumbre al club bávaro, y se encuentra ahora 26º de los 36 equipos, con solo 4 puntos.
- Te puede interesar: Ronald Medrano intratable en México
De nuevo falló la transición desde el centro del campo al ataque, algo que se ha repetido en las noches de Champions este año. Los extremos Ousmane Dembélé y Bradley Barcola, armas letales en el campeonato francés, parecen tener la pólvora mojada en Europa.
Esto se suma a que su entrenador Luis Enrique sigue jugando sin un delantero centro puro. Normalmente apuesta por un falso 9 pero en Múnich lo hizo directamente sin referencia en ataque.
«Nos esperamos cualquier cosa porque sabemos que debemos jugar en varios puestos», explicó Gonçalo Ramos, que acaba de volver de lesión y disputó los últimos minutos del partido.
– Un mercado de fichajes discreto –
Con cuatro centrocampistas en el once titular y solamente dos atacantes, Luis Enrique volvió a apostar y perdió. Luego de las derrotas contra Arsenal (2-0) y Atlético de Madrid (2-1) y el empate contra PSV Eindhoven (1-1), las ocasiones de gol fueron escasas, y las mejores ocasiones llegaron por disparos lejanos de Joao Neves.
El portugués es el único brote verde de un mercado de fichajes entre temporadas que fue discreto y que, contra lo prometido, no compensó la salida de la superestrella Kylian Mbappé.
Como resultado, solamente tres goles anotados en cinco partidos de Liga de Campeones, un balance mísero.
Incluso el fichaje del guardameta ruso Matvey Safonov decepcionó el martes: un error suyo en la salida durante un saque de esquina, origen del único gol del partido, recordó a algunos del italiano Gianluigi Donnarumma, suplente con cara de disgusto durante el calentamiento. La situación en la portería amenaza con ser otro dolor de cabeza más para Luis Enrique.
– Obliado a ganar en Salzburgo –
Pese a mantenerse fiel a sus principios, el entrenador se encuentra bajo presión, luego de haber contado a su disposición con todos los medios del club. Las dudas comienzan a sobrevolar sobre Luis Enrique, incluso si el presidente Nasser Al-Khelaifi aseguró recientemente que mantenía su confianza a largo plazo y que no será despedido incluso si cae eliminado en la fase de liga de la Champions.
«Ser el entrenador del PSG es un privilegio, la presión que me impongo es superior a cualquier presión externa», declaró Luis Enrique el martes. «No estoy aquí para pasar el rato, mi objetivo es ganar el máximo de títulos, desde ahora, no en un futuro».
«No es el final de nuestra Liga de Campeones», aseguró Gonçalo Raomos, cuyo regreso debería mejorar el ataque parisino.
Efectivamente, el PSG todavía puede sumar más puntos en los próximos tres últimos partidos. En dos semanas en Salzburgo, la victoria es obligatoria. En enero se enfrentará a un Manchester City que está atravesando dificultades actualmente.
A continuación el PSG se jugará su pase a ‘play-offs’ en la jornada final, en Stuttart, en un partido que se anuncia ya como una final.
«Lo más importante es jugar nuestro fútbol, esa es la mejor vía para clasificarnos, seguiremos siendo el mismo equipo del principio al final», avisó Neves. Un final que podría llegar en enero.