Sea quien sea el nuevo presidente del Barcelona, justificar la salida de Ronald Koeman como técnico no será fácil.
La mejoría del equipo con respecto al que perdió 8-2 ante Bayern Múnich en agosto por la Liga de Campeones se hizo evidente el miércoles, cuando el Barça esculpió una remontada para derrotar al Sevilla. El triunfo 3-0 en una prórroga depositó a los azulgranas en la final de la Copa del Rey.
En la antesala al choque de vuelta de las semifinales, Koeman clamó para que que el resto del plantel diera un “paso adelante” para no dejar solo a Messi en la tarea de anotar goles.
Aunque Messi sigue siendo quien hace carburar al ataque del Barcelona con sus pases, regate y visión, tres compañeros se encargaron de perforar las redes
“Es mi noche más feliz como entrenador del Barcelona”, dijo Koeman tras revertir un 2-0 adverso ante el Sevilla.
“Siempre hemos creído. Nunca hemos tirado esta Copa”, dijo el exzaguero azulgrana. “Es una cuestión de mentalidad. Yo, como entrenador, no puedo pedirle a mi equipo más de lo que he visto esta noche”.
El Barcelona tendrá un desafío mucho mayor la próxima semana al visitar al Paris Saint-Germain en la Liga de Campeones, con un 4-1 en contra tras la ida. Por lo pronto, el club catalán buscará seguir apretando al líder Atlético de Madrid en la Liga española.
Los azulgranas visitarán al Osasuna y una victoria les permitiría irse a dormir dos puntos detrás del Atlético, que el domingo se topará con el tercero Real Madrid.
La remontada contra el Sevilla ha dado alas al optimismo.
Ousmane Dembélé dio otro paso en dejar atrás la imagen del jugador propenso a las lesiones e ineficaz de las últimas dos temporadas tras firmar un notable gol desde fuera del área.
Marc-Andre Ter Stegen tapó un penal cobrado por Lucas Ocampos en el segundo tiempo y Gerard Piqué forzó la prórroga con un cabezazo agónico tras un centro de Antoine Griezmann. En lugar de Messi como autor del gol decisivo, Martin Braithwaite se cubrió de gloria al anotar el tercero con otro cabezazo.
Fue una actuación redonda que también avaló que el recambio iniciado por Koeman marcha por buen camino. Pedri González y Frenkie de Jong llevaron la batuta en el mediocampo, Sergiño Dest generó zozobra por el carril derecho y Óscar Mingueza no desentonó en un bloque de tres defensores.
El Barcelona tendrá elecciones presidenciales un día después del partido contra Osasuna. Los socios escogerán entre tres candidatos: el expresidente Joan Laporta, el exmiembro de la junta directiva Toni Freixa y el empresario Víctor Font. Ninguno se ha comprometido en retener a Koeman como técnico y la posibilidad de un retorno del exjugador Xavi Hernández, posiblemente como entrenador, fue tema central en un debate entre los candidatos esta semana.
Koeman firmó un contrato de dos temporadas con el Barcelona el año pasado. El club despidió a dos estrategas la pasada temporada, la primera sin títulos desde 2007-08.
Las elecciones encuentran al club en su peor momento en una década.
Asfixiado por una década de más de 1.100 millones de euros (1.300 millones de dólares), la imagen del club quedó por los suelos esta semana cuando Josep Bartomeu, el presidente del club hasta que renunció en octubre, fue arrestado por la investigación de que directivos del club presuntamente financiaban campañas de desprestigio en las redes sociales contra Messi y otros referentes.
Al margen de todo el caos y el ruido mediático, Koeman ha seguido con su trabajo.
“Es verdad que el equipo está creciendo con los cambios que hemos hecho, dando oportunidades a jugadores muy jóvenes”, señaló el holandés. “Hemos mejorado durante la temporada. El equipo juega bien con balón, ya sabemos, pero sobre todo hemos mejorado sin él. Somos más fuertes, corremos más y presionamos más. Creo que tenemos algo por delante que puede ser muy bonito”.