Un día después de que abandonaron la cancha en un acto de protesta, los jugadores del Paris Saint-Germain y el Basaksehir de Estambul regresaron al Parc des Princes y se hincaron junto a los árbitros en una muestra de unidad contra el racismo.
Cuando se reanudó el partido de la Liga de Campeones el miércoles, Neymar exhibió la clase que en otras circunstancias hubiera acaparado los titulares, firmando una tripleta que le aseguró sin apuros al PSG el liderato del grupo al superar 5-1 al Basaksehir.
Pero el resultado fue algo secundario, especialmente debido a que el PSG ya había asegurado avanzar a los octavos de final. El martes, los jugadores abandonaron el terreno de juego en un acto de solidaridad sin precedentes en el torneo, debido a que el cuarto árbitro, el rumano Sebastian Coltescu, profirió presuntamente un término racista para identificar a Pierre Webó, integrante del cuerpo técnico del Basaksehir, y de raza negra.
El miércoles los jugadores salieron al campo a calentar portando camisetas con la leyenda “No al racismo”. Posteriormente se juntaron para hincarse con los cuatro integrante del grupo arbitral, y que reemplazaron a los que trabajaron el martes.
Neymar estuvo entre los jugadores que levantaron el puño en el círculo central e inclinó la cabeza de forma pensativa.
Los árbitros también portaron las camisetas, con los logos de ambos equipos por los dos lados.
Se desplegaron pancartas en el estadio con mensajes contra el racismo, escritos en inglés y francés, y otro en apoyo a Webó, quien también portó una camiseta al calentar con el equipo.
El encuentro fue reiniciado con el reloj marcando 13 minutos con 30 segundos, y el Basaksehir por cobrar un tiro libre. Ese fue el momento en el que se suspendió el encuentro con el marcador 0-0 después de que los jugadores salieron de la cancha.
Una vez que reinició el encuentro, Basaksehir no tuvo respuesta para Neymar.