El Barcelona comenzó la reconstrucción. Con la confirmación de Lionel Messi, que finalmente decidió quedarse en el club, sumado al casi seguro alejamiento de Luis Suárez, Ronald Koeman tendrá la dura tarea de transformar a un equipo que sufrió la peor derrota de su historia en el último partido por una competencia oficial. Aquella goleada en contra frente al Bayern Múnich por los cuartos de final de la Champions League terminó de activar una bomba en las entrañas de la institución culé que estuvo a punto de detonar con el adiós del ídolo.
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Frente a este escenario, el nuevo entrenador ya eligió al reemplazante del delantero uruguayo que anotó 198 goles en sus seis temporadas en el Barça: Memphis Depay, oriundo de los Países Bajos, es el elegido por Koeman para ponerse la camiseta blaugrana y reemplazar al tercer máximo anotador histórico. Según indica la prensa deportiva catalana, tanto Mundo Deportivo como Sport, el neerlandés es el señalado para sustituir a Suárez y no el argentino Lautaro Martínez.
Al parecer, el conocimiento del nuevo DT sobre el futbolista de 26 años, sumado a que su contratación sería mucho más accesible -su pase valdría una suma cercana a los 20 millones de euros-, serían dos condicionantes clave para la llegada del atacante que surgió en las divisiones menores del PSV Eindhoven. Oriundo de la pequeña localidad de Moordrecht, la historia de Memhpis está marcada por el odio hacia su padre de origen ghanés. Cuando todavía era un niño, Depay padre abandonó a su esposa y a su hijo. “No quiero explicar qué pasó exactamente en casa porque no quiero dar pena a la gente. Y así seguirá siendo porque ya pasé la página”, dijo el delantero en diálogo con la prensa británica cuando desembarcó en el Manchester United en 2015, tras anotar 50 goles en el fútbol holandés.
Su abuelo materno fue decisivo en su crianza. Tanto que su muerte también lo marcó porque sucedió cuando Memphis tenía tan sólo 15 años. “Ese hombre me dio mucha fortaleza y cuidó muy bien de mí. A él siempre lo guardaré en mi corazón”. En su honor, Depay se tatuó a la que fue su figura paterna en uno de sus brazos.
Después de dos temporadas en las que no pudo asentarse en un equipo que también estaba en plena reconstrucción, dejó el fútbol inglés para volar con destino a Francia. El Olympique Lyon adquirió su pase y lo potenció. Con el paso del tiempo se transformó en el líder del equipo y tuvo su pico de rendimiento en la temporada 2017-2018, su segundo en el conjunto francés, cuando convirtió 22 goles y repartió 11 asistencias en 51 presentaciones. A diferencia del estilo clásico de Suárez, Depay no es de esos delanteros potentes de área. Es un punta que se mueve por todo el frente de ataque con capacidad anotadora.