Luego de una suspensión sin precedentes de la competencia, cambios forzados por la pandemia y un cambio de sede de la final, la Liga de Campeones concluye el domingo — 425 días después de que se jugó el primer partido.
O Paris Saint-Germain se lleva la copa europea por primera vez en su historia o Bayern Múnich lo hará por sexta vez.
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— David Alaba (@David_Alaba) August 22, 2020
Y apenas unos pocos centenares de personas, incluyendo a los jugadores y árbitros, podrán estar presentes en la final, que se juega en Lisboa a finales de agosto en lugar de Estambul en mayo, como estaba programado.
Nunca antes se ha disputado una copa europea en un ambiente tan vacío. Ausentes están las usuales congregaciones de decenas de miles de hinchas en a ciudad anfitriona. Solamente el gran trofeo en Rossio — la principal plaza de Lisboa — indica que el mayor partido del fútbol de clubes en el mundo se celebra en la capital portuguesa.
Alrededor del estadio de Benfica, no hay un solo cartel que indique que un duelo que va a ser visto por televisión por centenares de millones de personas el domingo por la noche se jugará adentro.
La alta de atmósfera en esta 65ta final del máximo trofeo europeo de clubes no restará importancia a la magnitud de la ocasión para los dos equipos. Por primera vez desde 1998, la final es un duelo entre dos equipos que se calificaron como campeones de sus ligas.