El campeonato alemán de fútbol se reanuda el sábado para satisfacción de los hinchas, aunque a puerta cerrada. Y las autoridades han hecho un llamamiento a los aficionados para que no se reagrupen a seguir los partidos y evitar así nuevos focos de contagio del coronavirus.
Esta semana, el ministro del Interior regional del 'Land' de Sajonia, Roland Wöller, incluso lanzó una amenaza: "Los aficionados no deben utilizar los partidos a puerta cerrada como pretexto para reagruparse delante de los estadios o en otros sitios. Esto podría conducir a la interrupción de los partidos".
El sábado están programados dos partidos en Sajonia: Leipzig-Friburgo, de la primera división, y Erzgebirge Aue-Sandhausen, de segunda.
Por ahora no se conocen llamamientos para congregarse a ver los duelos, pero los medios recuerdan que cientos de hinchas se juntaron en marzo ante el estadio del Borussia Mönchengladbach para seguir el partido contra el Colonia, el único que se ha disputado a puerta cerrada -sin espectadores- en la Bundesliga. Entonces todavía no habían entrado en vigor las medidas de confinamiento.
Que los hinchas saboteen la tentativa de reanudación del fútbol alemán sería una pesadilla para la Bundesliga.
"No creo que los aficionados y sus organizaciones quieran agradar a los que les critican por comportarse así", señaló el presidente de la Liga Alemana de Fútbol (DFL), Christian Seifert, tras obtener el visto bueno del gobierno para relanzar el campeonato, el primero que se reanuda en los grandes países europeos.
– 'El fútbol es en el campo' –
En cuanto a seguir los partidos en bares o casas, el presidente de la DFL hizo un llamamiento a la consciencia individual: "La responsabilidad de la DFL concluye en un cierto punto".
Para limitar los riesgos, el difusor principal de la Bundesliga, Sky, decidió retransmitir en abierto los 'múltiplex' (varios partidos al mismo tiempo) de los dos primeros sábados.
La 26ª jornada, la primera tras el parón, tendrá cinco partidos a las 13H30 GMT el sábado 16, entre ellos el duelo estelar entre el Borussia Dortmund y el Schalke, el famoso derbi del Ruhr. Serán ofrecidos a través de la cadena de información continua Sky News, accesible sin abono.
Los partidos en integralidad serán ofrecidos a través de los habituales canales de pago.
En el país donde el fútbol brilla por sus estadios llenos y gran ambiente, reanudarse a puerta cerrada es una noticia agridulce.
Alemania es el primer campeonato europeo en espectadores por partido, con medias fabulosas: 81.000 en Dortmund, 75.000 en Múnich, 61.000 para el Schalke, 50.000 en Colonia, Mönchengladbach, Berlín (Hertha) y Fráncfort.
Estos estadios son animados por grupos "ultras". Algunos de sus miembros se oponen a la reanudación a puerta cerrada, según ellos, "unicamente por intereses económicos".
Helen Breit, de la asociación 'UK' (Unsere Kurve -Nuestra Curva-), aseguró que no seguirá los partidos del campeonato por la televisión.
"Para mí, el fútbol es en los campos. Voy a casi todos los partidos del Friburgo desde hace más de diez años y ver el fútbol por la tele no es una opción para mí, no importa la situación", declaró en una entrevista al diario Süddeutsche Zeitung de Múnich.
– 'Enfermedad del fútbol negocio' –
Más allá de la falta de emoción, algunos ultras consideran que la decisión de la liga es un síntoma de "la enfermedad del fútbol negocio", donde el deporte es únicamente un producto destinado a generar cifras de ganancias.
"Es una ilustración del desarrollo lamentable del fútbol, lo que los verdaderos hinchas critican desde hace mucho tiempo", explicó la asociación Fanszenen Deutschlands, que agrupa ultras de todo el país.
Pero para la gran mayoría de fans, volver sin espectadores es la solución menos mala, para salvar a los clubes de la crisis o de la bancarrota y asegurar la igualdad de la competición (título, clasificaciones europeas, ascensos y descensos).
Desde su parón en marzo, el fútbol alemán ha dado que hablar por sus iniciativas solidarias. La más mediática fue la de los seguidores del Borussia Mönchenglabach, que pudieron imprimir sus retratos en cartón y en tamaño natural para 'acompañar' a su equipo en su estadio. El proyecto se encargó a empresas locales golpeadas por las crisis y cada aficionado pagó 19 euros por asegurar su presencia.