Argentina al «Rojo» vivo, Messi no merecía irse por la puerta de atrás

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Rojo salvó a Argentina y Messi de un fracaso que hubiera sido recordado de por vida. Caer en primera fase hubiera sido una losa de dimensiones bíblicas para la generación de Leo y para él en particular, que sin merecerlo se asomó al abismo. Lo bueno para ellos, que Argentina sigue viva. Lo malo, que como siga así su futuro en Rusia es negro.

Messi no se merecía irse por la puerta atrás del Mundial. Y agradecerá eternamente a Rojo y Mercado el gol que fabricaron entre ambos, sui generis, centra un central reconvertido a lateral y remata un lateral reconvertido a central que remata dentro del área como un '9'. Sin la presión del fracaso de caer en primera fase, afrontará los octavos contra Francia en un cruce que corta el aliento. Goleador y entrenador, su charla al descanso debe ser un documento a desclasificar. El 10 está vivo.

Quizás porque le vemos cada semana con el Sevilla, en España no se entendía que huérfana de fútbol como estaba Argentina, no jugara Ever Banega. El centrocampista, inédito contra Croacia, apareció de titular por primera vez en el Mundial y lo agradeció la Albiceleste en general y Messi en particular. Una sociedad sobre la que edificar la Argentina de octavos.

 

Mascherano tiene muchas batallas en sus piernas como para cometer el penalti que cometió sobre Balogun. Con el árbitro tan cerca, con el VAR… por mucho que hay a quien le parezca que ese agarrón no es suficiente como para pitar pena máxima (Kiko y Camacho así lo aseveraron en la retransmisión).

A colación del penalti, con el señalado por Çakir son ya 22 las penas máximas pitadas, lo que es un nuevo récord en los Mundiales, ya superados los 18 de Brasil. Por cierto, la manera de tirarlo de Moses, una delicia. Sin carrera y engañando por completo a Armani.

Cualquier tiempo pasado fue mejor para Ángel Di María, que recuperó su sitio en el once. Pero El Fideo no recordó en nada no ya a su mejor versión, sino a fogonazos de su fútbol eléctrico y desequilibrante. Fallón, sin confianza, acumulando errores no forzados… Si hace cuatro años su lesión en Brasil fue decisiva para que Argentina no ganara el Mundial, su papel en Rusia es de suspenso.