Un final de infarto mete primera a España pero en un mar de dudas

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Primeros de grupo, pero de milagro. Empate contra Marruecos, pero de milagro. Hay cosas positivas en España, pero también muchas negativas. Y por ahí debe empezar a tomar decisiones Fernando Hierro… Cambios en el once, cambios a la hora de las sustituciones…

Un empate sobre la bocina contra una selección menor que ya estaba eliminada, con una defensa que no emite ninguna señal de fiabilidad, un portero sin confianza, un juego al que le falta profundidad, un seleccionador que apenas mueve el equipo y al que le cuesta un mundo hacer cambios… Pero primeros de grupo, gracias al VAR, a Aspas, a Irán, a un penalti fallado por Cristiano… Cuando se roza el desastre y te salvas de milagro, hay cosas que cambiar. Que empiece la autocrítica. Hierro, es la hora del seleccionador.

No sorprende en este espacio el partidazo de Isco, escrito está. Pero no se va dejar pasar por alto el partido descomunal del 22 de España, constructor y finalizador, hasta rematador de cabeza, con un despliegue físico propio de Koke, delicioso con sus conducciones, hasta con un caño. Tiró del carro como nadie. Nuestro líder.

 

Amrabat no sólo fue protagonista por su juego duro, sino por una ocasión que podía haber complicado el futuro de España, antes del gol de En-Nesiry. El del Leganés soltó un derechazo plano y directo a la escuadra que afortunadamente la cruceta rechazó. De Gea acompañó con la mirada el remate.

Marruecos salió con la lección de no dejar jugar a España y lo llevó hasta el límite. El juego duro de los leones del Atlas fue excesivo, con entradas al borde del reglamento y jugadores que incluso merecieron la expulsión, como Amrabat, que se las tuvo con todos. La colección de patadas a Isco, Busquets o Iniesta fue para no verla repetida.

De gea, fue su primera parada en el Mundial, tras encajar cuatro goles, los de Cristiano y el mano a mano con Boutaib, muy similar a la acción con la que David de Gea evitó que Marruecos se adelantara de nuevo en el marcador. El portero madrileño no salió de la portería pero sí logró evitar el tanto africano. Alba le aplaudió desde la distancia, sabedor de que necesita confianza.