La importancia de Andrés Iniesta para el Barcelona supera su aporte para incrementar la colección de trofeos en las vitrinas del club, más de 30 títulos.
El centrocampista, quien se despedirá del club al final de la temporada, fue pura elegancia con el balón atado a sus pies y un querido futbolista fuera de las canchas.
Como lo resumió el presidente del Barcelona Josep Bartomeu: "Todos los padres querrían tener un hijo como él”.
Lionel Messi ha sido el motor que hizo al Barcelona uno de los mejores equipos de la historia. Pero más que nadie en el Camp Nou en los últimos 15 años, Iniesta puso el elemento humano que le hizo ejemplo del lema del Barcelona: “Más que un club”.
Iniesta, quien cumple 34 años el 11 de mayo, decidió que era hora de irse en la cima, tras asegurar el doblete en España.
Con la camiseta azulgrana, Iniesta anotó en la victoria 5-0 sobre Sevilla para ganar el fin de semana pasado la cuarta Copa del Rey en fila. Fue del 31er cetro para él y para Messi con el Barcelona, record del club. Ahora, el Barsa necesita solamente ganar uno de los cinco partidos que le quedan para llevarse el título de la Liga.
La salida de Iniesta luego de 16 campañas cargadas de trofeos deja a Messi como el último eslabón con el grupo de jugadores que comenzaron la increíble era de triunfos con la corona de la Liga en 2005.
Iniesta y Messi eran talentos nacientes en aquel equipo dirigido por Frank Rijkaard y que tenía a Ronaldinho.
Barcelona ganó el título de la Liga de Campeones en 2006, que marcó el arranque de una era dorada para Barcelona con Iniesta y Messi al timón en ruta a tres títulos más de la Champions y una colección de trofeos domésticos.
De endiablada gambeta y con la precisión de cirujano para dar el pase decisivo, Iniesta era un maestro a la hora de agujerear a las mejores defensas de los rivales. Combinaba el regate de Ronaldinho y la habilidad para el pase de su ex compañero Xavi Hernández.
Aunque no fue nunca un goleador prolífico, Iniesta ha anotado en los momentos importantes para su club y su país.
Pregúntele a un hincha de Barcelona cuál es su gol favorito y lo más probable es que diga el espectacular remate en tiempo de descuento que anonadó a Chelsea en la Liga de Campeones en 2009.
Iniesta anotó además el gol en el alargue que le dio a España el título de la Copa del Mundo en 2010, con una victoria 1-0 sobre Holanda. Y tuvo un papel clave en los cetros de España en las Eurocopas del 2008 y el 2012, para completar un dominio sin precedentes de la selección española y su vistoso estilo tiki taka, idéntico al del Barsa.
Su sensibilidad se evidenció cuando dedicó su gol decisivo del Mundial al difunto Dani Jarque, su amigo y zaguero de Espanyol que murió de un ataque cardiaco.
Esa mezcla de gracia y excelencia le ganaron el respeto de hinchas rivales cuando Barcelona jugaba fuera de casa, quienes regularmente le aplaudían cuando era reemplazado.
Iniesta nunca ganó el Balón de Oro para el mejor jugador del mundo. En 2010 fue segundo en la votación, detrás de Messi. France Football, la revista que confiere el galardón, reconoció que Iniesta merecía una victoria en un editorial esta semana por su director Pascal Ferré titulado “Perdón, Andrés”.
"Me gustaría ser recordado como un gran futbolista y una gran persona”, dijo. “El fútbol pasa y lo que nos queda es el trato de la gente. He intentado ser un gran jugador, un gran deportista y una gran persona. He querido representar a este club de la mejor manera y espero haberlo conseguido".