Echando un vistazo a las últimas semanas nadie daría un euro por el Real Madrid frente al PSG, pero si hay tanta ilusión en el madridismo es porque conocen mejor que nadie cómo es capaz de transformarse un equipo, una virtud en la que el club de las 12 Orejonas es el máximo exponente.
La afirmación no es gratuita y no se remite únicamente a ejercicios pasados, en los que el Real Madrid acabó proclamándose campeón tras ejercicios nada brillantes en las competiciones nacionales, sino que se base en el rendimiento ofrecido por los de Zidane esta misma temporada en Liga y Champions.
El desempeño de los jugadores madridistas no pasa de discreto en el campeonato de la regularidad pero en la Liga de Campeones es otra historia y ahí sí ha dado un rendimiento más acorde con sus efectivos.
El vigente campeón de ambas competiciones golea más, pasa mejor, centra de modo más preciso, provoca más saques de esquina, regatea con más éxito y remata más a menudo y con más tino entre los tres palos.
La diferencia es significativa, siendo las faltas recibidas (10 frente a 13,5 de media) el único concepto en el que tiene más en Liga, aunque esta circunstancia tampoco puede atribuirse como negativa en el caso de menor cantidad. Más repartidas, eso sí, se presentan las estadísticas defensivas, aunque aquí también los madridistas conceden menos pases, centros al área y remates a portería del adversario de lo que consienten en la Liga.
En el global de la Champions, los números del RealMadrid también sobresalen. Es el más certero buscando al compañero, el segundo que más encuentra la portería contraria tras el Liverpool y el segundo que más centra al área tras el Bayern; tercero más goleador tras PSG y LiverpoolManchester City y Barcelona.