El derbi madrileño entre el Atlético de Madrid y el Real Madrid, el primero en el Wanda Metropolitano, terminó sin goles y sin dueño, con un empate insuficiente para ambos que alienta el panorama del Barcelona, distanciado en diez puntos de ambos y con el Valencia como perseguidor más próximo.
La escasez de acierto del Atlético Madrid y el Real Madrid deja al equipo de Ernesto Valverde, que ganó en el estadio de Butarque (0-3), a diez puntos. El Valencia, que el domingo visita al Espanyol, puede seguir a cuatro del conjunto azulgrana si logra los tres en Montjuich.
El primer derbi madrileño que acogió el Wanda Metropolitano tuvo tensión, pasión y emoción. Pero también falta de acierto. Reflejó el duelo las dudas del Atlético y el Real Madrid, apartados los dos de su mejor versión a estas alturas del curso.
El punto no les vale para casi nada en sus pretensiones en la Liga, porque el juego tampoco sirve para nada si se trata de recuperar sensaciones perdidas, salvo en casos individuales y puntuales, porque aún anhelan a Griezmann, Cristiano o Benzema y porque ganar un derbi en los últimos tiempos requiere mucho más de lo que demostraron este sábado el conjunto rojiblanco y el blanco.
El partido fue mucho más tenso que preciso, mucho más vibrante que brillante, mucho más de pelea que de combinación, con toda la presión que había generado el Barcelona horas antes.
"El Real Madrid también juega bien, no sólo depende de nuestro físico porque sabe hacerte daño. Ahora hay que ir partido a partido, sin ninguna presión, sumar de tres en tres y a pensar en el siguiente encuentro", afirmó Saúl.
También habló sobre los silbidos que recibió Antoine Griezmann cuando fue sustituido: "Al final la gente tiene que animar, saber que es un jugador increíble para nosotros y que es el más determinante al que tenemos que apoyar siempre.