El Atlético de Madrid y el Barcelona empataron 1-1 en el encuentro de la octava jornada de LaLiga Santander disputado en el Wanda Metropolitano, con goles de Saúl Ñíguez para los rojiblancos en la primera mitad y del uruguayo Luis Suárez para el conjunto barcelonista en la segunda.
En el minuto 20, el 1-0 de Saúl Ñíguez. Un golazo, porque en el desarrollo hubo más de una decena de toques locales, porque cuando aceleró desbordó al bloque azulgrana con una rápida combinación Saúl-Filipe Luis-Carrasco que encarriló al internacional español hacia el borde del área y porque su tiro final fue ajustado, perfecto, inalcanzable, hasta para los reflejos de Ter Stegen. 1-0.
Un golpe reafirmante para el Atlético que exigía, a la vez, un replanteamiento al Barcelona, con tanto balón como poca profundidad y sin remates desde el minuto 3, la única intervención de Oblak, al descanso, frenado una y otra vez por su firme rival en cada momento que tenía que irrumpir entre la impenetrable defensa rojiblanca.
No volvió a rematar el conjunto azulgrana hasta el minuto 55 con un derechazo de Luis Suárez repelido por Oblak -unos instantes antes lo había hecho el Atlético con una volea de Griezmann-, pero ya sí le dio algo más de continuidad. Poco después, por ejemplo, con la zurda de Messi. Su falta sólo pudo despejarla el poste.
Entonces sí se sintió mucho más inquieto y cansado el Atlético, al borde de su área como antes, pero ahora sí más presionado por la posesión del Barcelona, con un par de tiros más de Messi para sumar a las estadísticas ofensivas de su equipo, ya muy por encima del primer tiempo, al filo del empate con veinte minutos por competir.
El enésimo desafío de resistencia para el conjunto rojiblanco, rearmado en medio campo con la entrada de Thomas por Carrasco, y un estresante reto para el Barcelona, frustrado primero por Oblak y completado en parte después, con un punto, con un cabezazo de Luis Suárez que premió la inaguantable insistencia del equipo azulgrana.