Ángel María Villar fue suspendido el martes de su cargo como presidente de la federación de fútbol de España, una semana después de ser arrestado por un caso de corrupción.
Villar, también vicepresidente de la FIFA y de la UEFA, ha estado detenido desde que fue detenido junto con su hijo Gorka Villar y otros dos funcionarios del fútbol durante redadas en la sede de la federación nacional y otras instalaciones.
Al darse cuenta que Villar no tenía intención alguna de renunciar al puesto que ocupaba desde 1988, el gobierno español decidió sacarlo, en un esfuerzo para limitar los efectos colaterales al deporte nacional.
La máxima autoridad del deporte en España, el Consejo Superior de Deportes (CSD), se reunió el martes en Madrid y decidió suspender a Villar por un año, en espera del resultado de la investigación que ha sacudido el fútbol español. Documentos de las cortes indican que además de malversación de fondos, Villar está acusado de corromper a varias federaciones regionales ofreciendo favores a cambio de votos.
El presidente del CSD, José Ramón Lete, dijo que también fue suspendido por un año el vicepresidente de la federación, Juan Padrón, otro dirigente arrestado el martes pasado. Lete indicó que “dicha suspensión, puede ser reconsiderada en virtud de cómo se vayan sucediendo los hechos”.
El otro arrestado en la operación fue Ramón Hernández, secretario de la federación de fútbol de Tenerife.
La federación española realizará una asamblea general el miércoles para determinar cómo procederá.
El escándalo tiene repercusiones para el mundo futbolístico más allá de España. Aparte de su papel en la FIFA, Villar es vicepresidente de la UEFA y ha sido una influyente figura en los dos organismos desde los 90. Villar ha trabajado estrechamente con dirigentes internacionales del fútbol que ahora están acusados de corrupción en Estados Unidos y fue criticado por conducta cuestionable en el reporte de la FIFA del 2014 sobre el proceso de candidaturas para la Copa del Mundo.
A Villar se le negó fianza el jueves y fue transferido a la prisión de Soto del Real tras ser interrogado por el juez de la Audiencia Nacional, Santiago Pedraz, quien mencionó el riesgo de fuga, considerando que Villar había malversado fondos privados y públicos desde al menos el 2009. El juez les negó fianza también a Gorka Villar y a Padrón y fijó una fianza de 100.000 (116.000 dólares) euros para Hernández.