El sistema de videoarbitraje que ensaya la FIFA en la Copa Confederaciones volvió a ocasionar polémica el domingo, y en vez de aclarar las decisiones provocó confusión entre los jugadores, entrenadores y fanáticos.
Quizás lo peor para la FIFA es que la controversia del domingo, exactamente una semana después que se revisaron cuatro goles en dos partidos, hizo que uno de los mejores árbitros del mundo luciera titubeante cuando el colombiano Wilmar Roldán expulsó a un zaguero de Camerún más de tres minutos después de una falta sobre un jugador Alemania, y luego de haberse equivocado de jugador.
Roldán finalmente tomó la decisión correcta después de tener que consultar el video al costado de la cancha en dos ocasiones. Primero sacó solo una tarjeta amarilla, y luego una roja, aunque se la mostró al camerunés equivocado.
“Creo que todos están confundidos, incluyéndome”, dijo el técnico de Camerún, Hugo Broos, luego del revés 3-1 ante Alemania que eliminó a su equipo en la fase de grupos. “El (Roldán) es el único que puede explicar lo que sucedió en ese momento”.
Camerún también estuvo involucrado en dos revisiones de video el domingo pasado, cuando se evaluaron posibles goles de Chile por posiciones adelantadas. El primer tanto fue anulado, y el segundo sí se confirmó en el triunfo chileno por 2-0.
Portugal se quedó sin un gol, inicialmente convalidado, al empatar hace una semana 2-2 ante México.
La FIFA destacó la semana pasada que todas las decisiones terminaron siendo las correctas, y que las polémicas fueron sencillamente la reacción del mundo del fútbol mientras se acostumbra a una tecnología que es sometida a una prueba ante los ojos del mundo.
Incluso, el presidente de la FIFA Gianni Infantino se aventuró a decir que el videoarbitraje es “el futuro del fútbol”, y que está bien encaminado para ser aprobado para su uso en la Copa del Mundo del próximo año en Rusia.
El error humano de Roldán pareció ser el problema principal el domingo, aunque abonó a la percepción de que el video puede ocasionar tanta polémica como la que debe aclarar.
La FIFA dio marcha atrás a su predicción del año pasado de que las decisiones en jugadas que pueden alterar el resultado de un partido _ goles anotados, penales, tarjetas rojas y casos de identificación errónea _ podrían ser revisadas en cuestión de unos seis segundos. Al menos en Rusia, la certeza va por encima de la velocidad.
Ninguna de esas dos virtudes se evidenció el domingo en Sochi cuando el defensor camerunés Ernest Mabouka finalmente salió de la cancha tres minutos después de su falta sobre el alemán Emre Can.
El compañero de Mabouka, Sebastienn Siani, había aplaudido sarcásticamente a Roldán cuando fue expulsado incorrectamente por la jugada. A fin de cuentas, Siani quedó exento de culpa y terminó el partido.
De todas formas, la FIFA no estará contenta de que uno de sus mejores árbitros haya quedado en ridículo.
El colombiano llegó a la Confederaciones intentando recuperar su reputación después de su desempeño en el Mundial de 2014, donde anuló incorrectamente dos goles de México en el segundo partido del torneo. La FIFA no lo volvió a elegir para pitar en Brasil.
Para colmo de males de Roldán, tanto el técnico alemán Joachim Loew como Can dijeron que no creían que la falta ameritaba siquiera una tarjeta amarilla.
Loew indicó que todavía cree que el videoarbitraje puede ser beneficioso, pero con una condición.
“Creo que puede ser mejorado para que las decisiones sean más rápidas”, dijo el alemán. “Eso sería fabuloso”.