Con el desafío de explotar la mejor versión de astro Lionel Messi con la casaca albiceleste y de reconciliar a los hinchas con un equipo que los ha mortificado en el último tiempo, Jorge Sampaoli tomó el jueves el mando de la selección de Argentina.
“Es cumplir un sueño que uno anhelaba desde hace tiempo. Este lugar lo admiré siempre, me parecía muy lejano. Genera mucha ilusión y pasión”, dijo el entrenador de 57 años durante una rueda de prensa en el complejo de selecciones nacionales en el suburbio de Ezeiza.
Vestido con un conjunto de gimnasia oficial del seleccionado, Sampaoli sostuvo que su misión será “construir un equipo que respete la historia del fútbol argentino” y así lograr “que se retome un sentir popular hacia la selección. Por eso estamos acá, para empujar eso".
“Está selección no es de un grupo de futbolistas sino de 40 millones de argentinos. Todos van a tener que participar de esto”, agregó.
Sampaoli es el tercer técnico de Argentina en las actuales eliminatorias después de Gerardo Martino y Edgardo Bauza. Los albicelestes ocupan el quinto puesto, fuera de los cuatro primeros que obtienen el boleto directo a Rusia 2018.
El flamante entrenador, quien rompió un contrato con el Sevilla de España, debutará formalmente ante Brasil en un amistoso que se disputará el 9 de junio en Melbourne.
Al margen del errante camino hacia la próxima Copa del Mundo, la mayoría de los jugadores del seleccionado cargan con el lastre de tres finales perdidas: en el Mundial de 2014, la Copa América de 2015 y la Copa Centenario de 2016. Mientras Messi y compañía son elogiados por sus actuaciones y títulos en las ligas más competitivas de Europa, en Argentina son despedazados por distintos críticos, quienes consideran que no muestran el mismo nivel con la casaca nacional.
“Queremos que acá venga Leo, no Messi. Queremos la versión más genuina y placentera del mejor jugador del mundo, que sea feliz acá”, planteó Sampaoli, quien nunca dirigió un club profesional en Argentina sino que desarrolló su carrera en Perú y Chile.
Para él la clave pasa por rodear al astro del Barcelona “con jugadores compatibles para la posición en la que esté, en el sector derecho o de punta. Lo más importante es saber con qué jugadores puede ser más protagonista del partido”.
El entrenador confió que habló con Messi días atrás.
“Estamos muy ilusionados con este proyecto”, aseguró. “Verlo tan ilusionado a él nos pone muy felices”.
Argentina visitará a Uruguay el 31 de agosto en la reanudación de las eliminatorias, a las cuales restarán luego tres partidos para asegurar el ansiado pasaje a Rusia.
“La dificultad en la eliminatoria es real: Argentina no está clasificada, pero sabemos que tenemos recursos para que eso pase, estamos convencidos”, apuntó.
Sampaoli, apodado el “zurdo”, es un desconocido para la mayoría de los argentinos, según reveló una encuesta reciente. Nunca jugó profesionalmente –compitió en una liga amateur regional– y dirigió a Alumni de su natal Casilda y a otros equipos de la zona antes de emigrar a Perú hace casi dos décadas.
Su apellido se hizo conocido para el gran público argentino cuando guio a Chile al primer trofeo de su historia, al vencer por penales a Argentina en la final de la Copa América 2015.
Con Chile tuvo también una destacada actuación en el Mundial de 2014, donde casi elimina al anfitrión Brasil en los octavos de final. Y durante su primera experiencia en Europa, al frente del Sevilla, logró el boleto a la Liga de Campeones.
Ante el recelo de varios colegas argentinos que lo cuestionan más por su personalidad que por capacidad técnica, Sampaoli reflexionó que “el fútbol se siente y se vive, no se estudia. Desde ahí parto”.
“Este país me atrapa. Llegué y lo encontré como si no me hubiera ido nunca. Como lo quiero, minimizo inconvenientes. Ojalá que con la selección le podamos dar a la gente la alegría que necesita", manifestó.