Sandro Rosell, presidente del FC Barcelona entre 2010 y 2014 y que fue detenido el martes por blanqueo de capitales relacionado con los derechos de televisión de la selección brasileña de futbol, fue sentenciado por la jueza de la Audiencia Nacional española Carmen Lamela a prisión sin fianza, al considerar que existe riesgo de fuga, de destrucción de pruebas y reiteración delictiva.
En un auto, la magistrada también ordenó el ingreso en la cárcel del abogado y político andorrano Joan Besolí, al que se atribuye la creación de empresas en el Principado con las que se blanqueó el dinero.
Acusado por presuntos delitos de blanqueo de capitales y pertenencia a organización criminal, Rosell fue trasladado a Madrid después de haber sido sometidos sus domicilios y despachos a profundos registros y haber prestado declaración en dependencias de la Guardia Civil en Barcelona.
El ex presidente del Barça, que pasó la noche en los calabozos junto a otros tres detenidos en la misma ‘Operación Rimet’, mantuvo en su declaración en Barcelona que “no tengo nada que ocultar”, en un discurso que fuentes judiciales consultadas por ESPN afirman repitió este jueves en Madrid.
Mientras siguen bloqueados 10 millones de euros de sus cuentas y distintas propiedades que estarían a nombres de testaferros por valor de al menos otros 25, Rosell se enfrenta a un encarcelamiento que ni sospechó cuando el martes efectivos policiales entraron por sorpresa a primera hora de la mañana en su domicilio cercano al Camp Nou.
Tras su declaración en la Audiencia Nacional, la jueza comenzó a interrogar a su socio Joan Besolí, abogado andorrano detenido en la misma operación, y antes de continuar con Andreu Ramos, ganadero que aparece como propietario de muchos de los bienes que Rosell habría ocultado, a la esposa del propio expresidente, Marta Pineda, y al empresario libanés Shahe Ohannessian, compañero suyo de estudios y a quien transfirió, presuntamente de manera ilícita, la propiedad de su empresa en 2014.