El Sevilla, gracias a una trabajada victoria por 2-1 ante el Celta, alcanzó al Atlético de Madrid, tercero en la Liga, a falta de cuatro jornadas para la conclusión del campeonato y mantiene vivo el sueño de clasificarse directamente par la Liga de Campeones.
El Celta, por su parte, hizo su 'ensayo general' para la histórica semifinal de la Liga Europa que iniciará la próxima semana contra el Manchester United.
Se le presentó al equipo del argentino Jorge Sampaoli una buena oportunidad de igualarse en el tercer puesto de la tabla con el Atlético de Madrid después de que el conjunto colchonero perdiera el martes en su estadio ante el Villarreal (0-1), y no la desaprovechó.
Ese resultado también era un peligro para los hispalenses, pues el equipo castellonense acortaba a cinco puntos su desventaja con los sevillistas en la pugna por la cuarta plaza.
Por ello, los tres puntos eran muy importantes para el Sevilla en una cita en la que también se recordó que se cumplían once años, entonces un jueves de la Feria de Abril, del gol en este mismo escenario del malogrado Antonio Puerta ante el Shalke 04 alemán, lo que dio el pase al Sevilla a la final de una Copa de la UEFA que ganó y que encadenó desde entonces unas serie continuada de éxitos de la formación andaluza.
El Celta llegó a Sevilla también haciendo historia, al iniciar la próxima semana las semifinales de la segunda competición continental ante el Manchester United, lo que le ha condicionado en esta fase del torneo doméstico, en el que se encuentra descolgado de los puestos europeos.
Por ello, su entrenador, el argentino Eduardo 'Toto' Berizzo, hizo descansar el pasado domingo a una buena parte de sus titulares en el partido que perdieron ante el Betis (0-1), pero en esta ocasión volvió a colocarlos sobre el césped a una semana de encontrarse con el equipo inglés en su estadio Balaídos.
Los vigueses salieron más intensos, con más posesión de balón ante un Sevilla que repitió el 'once' que le ganó el pasado viernes en el Sánchez Pizjuán al Granada (2-0) pero que encontró en esta ocasión más dificultades.
Pese a ello, fue Vicente Iborra el que a los 22 minutos gozó de una gran oportunidad de abrir el marcador con un remate de cabeza que acabó con el balón repelido por la cepa de un poste.
La ocasión hizo despertar algo al conjunto local frente a un rival que, de todas formas, siempre mantuvo una presión adelantada con la intención de ser el protagonista.
Con más equilibrio en el juego, los sevillistas se vieron más fluidos a la contra y también a la espera de alguna jugada de estrategia, mientras que a los célticos les faltó algo de decisión ante el meta Sergio Rico, hasta el punto de que el tanto estuvo más cerca del lado local en la primera parte.
La inercia con la que acabó el Sevilla el primer período la ratificó pronto en el segundo con el tanto del argentino Joaquín 'Tucu' Correa, quien logró su cuarto gol en la liga y octavo en la temporada entre todas las competiciones.
La reacción visitante fue rápida al señalar el árbitro un penalti del francés Clement Lenglet al sueco John Guidetti que transformó Iago Aspas, que sumó su decimoséptimo tanto en la liga y que no lo celebró por su condición de exsevillista.
Poco después el Celta vio cómo expulsaron al chileno Pablo 'Tucu' Hernández por doble amonestación y eso obligó a Berizzo a reforzar la defensa con el argentino Facundo Roncaglia en lugar del delantero Guidetti.
El Sevilla se volcó en busca de su segundo gol y el lateral Sergio Escudero lo pudo encontrar, pero el balón lo rechazó el larguero, lo mismo que en otro remate del francés Samir Nasri.
El tiempo corrió en contra de los intereses del equipo andaluz ante un conjunto gallego que, ante las circunstancias de su inferioridad numérica, dio por bueno el empate pero que también tuvo su oportunidad en las botas del danés Daniel Wass.
El delantero francés Wissam Ben Yedder, que había salido poco antes como otra solución de ataque, puso el 2-1 a los 79 minutos y eso hizo reaccionar a los visitantes en una recta final del duelo llena de incertidumbre.